Así llaman a los monstruos
aquellos que los han estudiado en su esencia, “huérfanos por definición, no
tienen nada que perder. Su aversión por el hogar es la prueba fatal de su
abandono.”
Me pareció una manera interesante
para pensar la psicosis en la infancia. Para sacarla de la “ciencia” y
acercarla al psicoanálisis a través de
la literatura. Los monstruos son del gótico, viven en túneles, sótanos y
óperas, son deformes, sus padres los han abandonado o simplemente no se sabe de
ellos.
El pequeño vampiro del que les
voy a hablar trepa sobre su madre y
muerde su cuello, de allí al suelo, a la biblioteca, grita, no se detiene en
nada, abro la puerta y trabajo en un patio con plantas. Por primera vez mira ,
pregunta sus nombres. Con el correr de las
sesiones comienza un trabajo de cuidado, las riega, le agregamos tierra, yo
armo historias... el pregunta... su historia se arma. De todas las flores, prefiere "la alegría del hogar".
sesiones comienza un trabajo de cuidado, las riega, le agregamos tierra, yo
armo historias... el pregunta... su historia se arma. De todas las flores, prefiere "la alegría del hogar".
Su mamá, presencia silenciosa en todas las sesiones
durante los dos primeros años de tratamiento.
Es la
historia de un niño de 5 años. Sin diagnóstico claro, no hay patología orgánica, se trata de una “Psicosis
simbiótica” dice el informe. Dice frases de la radio y la TV, pronóstico del
tiempo y frases estereotipadas de su abuela y su mamá. Su mirada es extraña,
fuerte. Su papá se fue de casa cuando el tenía 2 años.
“Recordemos
que su Alteza, el conde Drácula, está solo, su discurso es la ausencia donde se
juega el sentido, es un huérfano eterno extraviado por falta de espejos.”
La
breve Pre- historia
Su abuela
materna con quien viven él y su mamá dice: “No sé porqué este chico es así, fue
tan esperado tan deseado...por lo menos por mí”. Después de mucho tiempo, en
una charla informal con la mamá se reconstruye la siguiente historia, que tal
vez se articula al "lo esperé tanto"
de la abuela.
Cuenta la
mamá que cuando ella tenía 15 o 16 años, se fueron de vacaciones de invierno con su mamá, el
papá se quedó en casa con el hermano más chico de la madre que vivía con ellos.
“Fuimos al mar, era la primera vez, yo no lo conocía. Resulta que en esa
semana mi tío se suicidó, se pegó un tiro. Mi papá no nos quiso avisar para no
arruinarnos las vacaciones, pero cuando llegamos fue terrible. Ya lo habían
enterrado.”
-
¿Cuándo
fue este episodio? pregunto.
-
El 26 de agosto, el día del cumpleaños de
Gastón, es increíble.
Se
construyen 3 escenas en el marco del tratamiento:
1- al irse del consultorio vuelve a
preguntar por el nombre de cada planta, elige “la alegría del hogar, me pide un
gajo para plantar en su casa.
A partir
de allí comienza a quejarse de su
abuela, ella no cuida las plantas que él lleva.
La abuela
ya no sabe todo.
2- En una merienda el nene le mete un turrón en la
boca a su abuela, ella no se inmuta, abre la boca. Entonces señalo preguntando,
de quien es la boca y de quien el turrón. A partir de allí esta abuela cierra
la boca.
3- Se mete debajo del diván, grita,
se sacude, no escucha a la madre ni a mí. La situación era Realmente fuerte y
uso esta expresión a propósito. Se me ocurre entonces tomar un libro de la
biblioteca y decir ¡Se escapó el elefante del cuento, que vamos a hacer!, los
gritos se empezaron a alternar con mi relato, ya que me puse a leer el cuento.
Finalmente termino y le digo, en otro tono, saliendo del juego, pero sin muchas
esperanzas:- Gastón es la hora, terminó la sesión. Para mi sorpresa sale
tranquilamente me saluda y en la puerta se da vueltas y dice: - abajo del sillón quedó un elefante.
El reordenamiento
de la criatura y su mamá a partir de estas escenas es simbólicamente impresionante, sus accesos de vampirismo
cedieron lugar a la oralidad de otra manera, además, comienza a interesarse por
sus tareas del jardín.
La función
de la analista en ese momento, en esas
escenas, es de S2, significante del saber, posibilitando así que algo se torne
S1, facilitando ordenar. Las palabras estaban allí, pero sin orden, puros S1
sin sentido, sin significación.
El agujero
Ya
tiene 6 años, y su papá ha entrado en escena. Se comunicó con la madre, por su
intermedio conmigo y se iniciaron una serie de encuentros.
Es
en esta época que hace un dibujo muy
elemental de figura humana y dice que es un nene se llama TROSPAL.
-
¿quién
es Trospal?
-
Un
nene, y vos como le das la leche sos la mamá y yo soy el papá.
-
¿cuántos
años tiene Trospal?
-
6
y va al jardín y la mamá lo va a buscar.
Aquí
él es el papá y es el hijo, es los dos, aunque parezca que armó una escena de
3, es absolutamente ortopédica, hay un significante para dos, en este caso
Trospal funcionaría como neologismo. Está por un lado absolutamente cargado de
sentido y a la vez vacío de posibles significados.
Trospal
aparece en muchos juegos pero no tiene voz propia. Ni historia propia es un
calco de lo que a él le acontece.
El
papá de este nene es un caso muy grave, después de 4 años sin verlo le regala
un arma con peso real, una réplica. Ningún objeto de los que ofrece este hombre
es imaginariamente real, es decir
objetos velados,- condición del juguete-, son reales. Son réplicas, como
Trospal lo es de él.
El cuerpo a
cuerpo
Por
mi parte, con el cuerpo y las palabras, pero el cuerpo allí sosteniendo el
significante, sino se descontrola, se golpea y golpea a otros. Fue muy fuerte
una sesión donde no lo podía organizar y tuve que hacerme réplica de él para
que entrara en cierta calma. Fue cuando el padre le dijo te voy a matar
y el lo tomó literalmente. Me tiré al suelo y armé lo que él llama "los
operativos" mientras él destrozaba el resto del consultorio nadie lograba sujetarlo, ni con el cuerpo ni con la
voz. Cuando miró lo que yo hacía se acercó y empezó a jugar al mismo juego de
siempre, uno diría se encontró. Le armé el mundo imaginariamente real.
La voz
Por primera vez, se pone en juego la voz, recuerdo
que Trospal no tenía. Se esconde debajo del diván y hace entrar a un nuevo
personaje, Erik, el fantasma de la Opera. Lo hace entrar cambiando la voz. Ya
no son los gemidos del elefante constituido a partir de mi intervención, sino
que toma una historia que le relaté en otra sesión.
La historia de Erick, el
fantasma de la Opera es una historia que le conté por asociación libre, historia que
escuchó muy atentamente. No fue algo elegido o pensado, allí trabajó el
inconsciente por boca del analista.
Hecho que me hizo advertir ese lugar de monstruo que
lo habitaba, ya antes lo había pensado como vampiro.
El armó una escena donde Erick
llamaba su amada, Cristina, impostando la voz. Y yo cometo el error y digo:
-Hola Erick ¡al fin llegaste! el me aclara con su voz -¡No!, ella no lo
esperaba a él. Y vuelve a la voz de Erick.
¿Se habrá iniciado la construcción de un cuerpo?
Cuerpo habitado por una voz. Por ahora fue solo un destello, una señal tal vez.
¿Qué es lo que
permite la construcción del objeto dado como exterior al sujeto, que no
lo es al objeto? ¿Qué es lo que permite la construcción del objeto transicional?
Seguramente ese ambiente facilitador del que
habla Winnicott, la relación de Objeto en Freud, y Lacan con su madre
real que dona objetos simbólicos nos ayudarían a responder estas preguntas.
Pero
Gastón a diferencia del niño del fort-da, que juega con el carretel a que la
mamá está afuera, no queda implicado en
el objeto sino en la pesadez o redondez del objeto, por el goce del sonido y la
repetición. Lo simbólico no opera sobre lo Real.
“Recuerden que cuando Nosferatum es desenmascarado
por Nina, cuando ésta lo retiene con abrazos y lo fija en su necesidad sin
fondo de ser bebido por el deseo del (Otro), este muere.”
No
hay ley que detenga el goce mortífero.
¿La construcción
de lo dado podría producirse en el recorrido de un tratamiento?
La voz de la madre parecía tener alguna incidencia en
la estructuración significante. Esa voz, ¿no podría ser acaso uno de los velos
del objeto que divide al sujeto en su estructuración subjetiva?
La
voz saliendo de la oscuridad, de abajo del diván, de los túneles de la Opera.
En ese lugar claroscuro, donde se situaría
el punto desde donde se ubica el ojo para ver la conjunción que se
produce entre la imagen real e imaginaria en aquel dispositivo del florero y
las flores. Angulo exacto desde donde el objeto emerge del agujero.
Asoma el ser
Gastón insulta a su mamá en la calle, en la casa y porqué no en la puerta
del consultorio, cuando llegan.
Conchuda hija de puta, la puta
que te parió, carajo, mierda.... a los gritos y en la vereda. A pesar de
escuchar espero a que toquen timbre y abro preguntando qué pasa.
- nada, dice la madre, él que
grita, ves lo que yo te digo
- insisto, ¿pasó algo?
- no que va a pasar.
Gastón entra al consultorio y
comenzamos un diálogo, circular en un principio, pero insistí, más de una vez
me agotó en el camino:
-porqué insultabas?
-porque sí
-no, porque sí no es una
respuesta
-porque me gusta
-que te gusta
-decir palabras
-y porque no decís, nariz, boca,
oreja a los gritos?
-Se ríe
-Entonces no te gusta cualquier
palabra, te gustan esas que usaste.
-A mí que me importa, las digo
igual
-Te gusta como suenan
-Silencio
-Sabes lo que quiere decir puta
-Se ríe, parece gustarle que yo
las diga
Si no sabés lo que quiere decir
para que las decís, no tiene sentido, yo pensé que les había pasado algo y
peleabas con alguien, que se lo decías a
alguien, las palabras son para hablar con otros no para gritar solo.
¿O se las decías a tu mamá?
-
Nooo
-
Pero ella se enojó
y ahora te va a poner una penitencia
- que me
importa a mí me gusta
-
que te pongan en penitencia?
-
No, se ríe
-
Pero es lo que conseguiste, para mí que te gusta que te
reten
-
No
- ¿Y entonces porqué decir palabras sueltas que enojan a tu
mamá y no son para nadie y además no sabes que quieren decir?
- Me mira como casi nunca lo hizo y casi agotado dice:
porque soy un tarado.
Sigue un período de trabajo muy
interesante. Aprende a leer y escribir, le dejamos cartas que el escribe al
mago de Hoz, le manda cartas a mi sobrina y dibujos a mi hija. Pregunta si a mi
hijo lo reta la maestra, si se porta bien, si dice malas palabras. Como verán
lo integre imaginariamente a un imaginario
familiar. Su abuela manda obsequios y la mamá me llama seguido para
hacerme comentarios y consultas.
El desapego
al objeto confirma el diagnóstico inicial
Hoy una mudanza precipitó la
separación, la mamá no puede venir a mi nuevo consultorio, le resulta muy
complicado, su imaginario no lo resiste. Cuando le comunico el cambio advierto
la tensión entre lo que me dice y lo que creo va a hacer y se lo digo.
Me cuenta allí que pensó en
hacerlo ver por una psicóloga de la obra social que atiende cerca de su casa es
mas ya lo hizo ver 2 veces. Gastón no lo había contado, lo ocultó bajo la indicación
de su mamá.
Nunca creí que podría captar en
esta dimensión aquello “de crear
lo dado”, Gastón nunca creó
conmigo algo, fue una construcción exterior a él y él a la construcción.
Su diagnóstico es el mismo de
cuando llegó, tal vez psicosis simbiótica,
pero sus condiciones de posibilidad son otras, ya no es un vampiro sin
historia que muerde desesperadamente para amarrarse a la vida.
Tal vez como dice el poeta este
episodio de los insultos pueda ser un intento de
“Buscar la
pista que conduzca a lo desconocido de sí mismos, algún crimen capaz de
interrumpir la obligatoria fijeza del mundo, su aburrimiento esencial.”
Las citas son de: Museo Negro de María Negroni
*Artículo publicado en la revista Psyche Navegante N° 60 y N°62 - www.psychenavegante.net