jueves, 24 de octubre de 2013

Crónica de un Congreso en Tucumán… Septiembre de 2012

El vuelo fue increíble, el avión parecía detenido en la nubes… San Miguel de Tucumán, estaba allí con la zafra a punto, un humo blanco y dulce envolvía la ciudad. 
Me cuenta Eduardo, el profesor de educación física del Centro de día del Hospital de Clínicas Nicolás Avellaneda, quien me fue a buscar al aeropuerto, que la quema se produce todos los años. Él se quejaba un poco de las alergias que produce hace siglos, pero a mí me parecía una niebla con aroma.
El congreso se realizaba en un salón en las afueras de la ciudad, unas veinte cuadras…mucho calor y mucho tránsito. Da la sensación de que no entramos, le dije al profe y me dice: es que es una ciudad antigua con calles angostas y ahora todos tiene autos y motos, no entramos.
Al congreso asistirían los 180 inscriptos, seguramente en forma alternada. Sin embargo al llegar, viernes a la mañana, el salón estaba a pleno. La avidez y ganas de participar entre los jóvenes del interior es muy estimulante. En las mesas no se puede parar el debate y las preguntas. Nunca alcanza el tiempo. Esto es algo que observo en casi todos los lugares del interior de nuestro país a los que asisto. A mi entender las ponencias de los equipos de los hospitales Padilla, Obarrio y Nicolás Avellaneda, todas de carácter clínico y con fuertes interrogantes sobre políticas de salud fueron muy interesantes. Mucho más que algunos trabajos que llegan de la metrópolis en plato volador.
Tuve la fortuna de participar en la mesa de cierre sobre prácticas comunitarias: Cómo se trabaja con quienes no llegan a las instituciones. Junto a la Lic. Beatriz Baldelli del Centro de Reducción de Daños del Hospital Piñeyro de Buenos Aires; a Natalia Ferrandismiembro del equipo del Hospital Avellaneda y a Ignacio Ygel y su experiencia en el proyecto “ Casa del barrio” -Programa de Prevención de las Adicciones del Ministerio de Educación, Grupos Esperanza Viva.

La mesa fue muy agradecida por el auditorio, para mi sorpresa por algo que yo no había advertido: la mayoría señaló que era una mesa donde se ponía el acento en que algo era posible.
Justamente se trataba de la mesa que apunta al trabajo más creativo, menos pautado burocráticamente, el trabajo con los que no llegan al hospital. También el trabajo más duro. Sin embargo fue el que abrió ilusiones y entusiasmo. Hubo que suspender el intercambio porque se nos iba el avión. 
Por estar en la última mesa y habiendo participado de buena parte del evento, pude tomar notas.
Habían circulado muchas versiones sobre el consumo en general, el pegamento en particular. También la idea de Le Poulichet de la droga como suplemento. La droga siempre presente en la vida del adicto como una sustancia, en presencia o en ausencia. Entonces propuse la siguiente lógica:
Un aspecto difícil de tolerar, es soportar que estos jóvenes tienen sus recursos, sus linajes y sus goces…en sus cuerpos pegados, pegoteados. Se habló de pegado y de suplemento (la sustancia como suplemento) así también se llama a la leche que se da a un bebé cuando la materna no alcanza: suplemento. Y luego algo que me resultó muy interesante, que dijo Héctor López es que la droga está en presencia y en ausencia. Siempre está. La vida de alguien adicto gira alrededor de eso.
Entonces, pegado, suplemento, presencia-ausencia. Estamos hablando de los primeros tiempos en la constitución subjetiva. Tal vez un adicto no hace más que tratar de restituir aquello que no hubo, de suplementarlo.
Sobre el final vino el debate… y volvieron sobre mi planteo, me pidieron que lo repita, que me explaye, que diga cómo se me ocurrió. Finalmente todo giro alrededor de temas centrales en psicoanálisis. Quedo evidenciado que las especializaciones obnubilan.
Hubo un momento realmente genial, el viernes por la noche, antes del cierre de ese día, aparecieron: “Los payamédicos”. Fue la mejor intervención teórica hecha en el congreso. Ingresaron con bolsas de tutucas[i] y comenzaron a repartirlas advirtiendo que son muy adictivas. Lograron que se armen dos bandos. Los que estaban a favor de las tutucas y los que estaban en contra. Con una cinta que decía “peligro” fueron armando escuadras. Y no se sabía en qué ángulo estaba cada uno. O, si adentro o afuera. Genial es poco. Finalmente señores: todos somos adictos a las tutucas!!!…ja!
Un caso clínico que me dejo pensando: Margarita la joven colega que presentó el caso de recuperación de un joven adicto a la Marihuana no advirtió y luego lo conversé con ella, el valor del significante en juego que no era la palabra Marihuana (eso ella lo remarcó). Lo que no pudo leer fue uno de los efectos de la transferencia. La droga producía en el joven según sus dichos: bienestar, tranquilidad… lo mismo que encontró en ella. –Usted me tranquiliza doctora. Conversé sobre el caso con la colega, quedó muy sorprendida y a la vez perturbada. El significante no siempre es una palabra puede ser un estado.

Yo creo que el psicoanálisis “bien llevado” es perturbador
Empecé mi ponencia tomando una frase de Emilio Rodrigué: Hay que llevar al Psicoanálisis al “fogo quenche” del análisis…
Minutos antes de mi ponencia se pasó en pantalla gigante el video de presentación del libro “Desarraigos Villeros”… con su canción, las Pastillas del abuelo. En el final se proyectó la página de la Red: Otro lugar, marginación no, con sus fotos, que es desde donde participé en el Ateneo.
Agradezco enormemente a los jóvenes colegas que propusieron mi nombre por haberme escuchado en Amaicha del Valle en 2011. Agradezco que me dejen perturbarlos con mi experiencia de analista y me perturben con sus ganas y sus relatos clínicos desde una de las provincias más lastimadas de nuestro país. Como corresponde a una sociedad largamente reprimida, sus jóvenes intelectuales irrumpen: Natalia Ferrandis, miembro del equipo del Avellaneda, presentó un trabajo crítico y muy interesante invirtiendo la propuesta, “Cómo trabajar con las instituciones que no llegan a la gente”.
Van solo dos momentos: “comenzar a hablar de la adicciones abrió la puerta a otros malestares, políticos, institucionales y personales. Según la mirada de distintos actores se tiene la percepción de que siempre es otro el que tiene la responsabilidad”.Recordó a Ramón Carrillo…1949: “Acceso universal a la salud para toda la población…” sentando las base de nuestro sistema de salud pública. “El sistema de salud debe responder a las necesidades concretas de la población. Es más importante llegar al que no se acerca al sistema de salud que al que sí lo hace por haberse concientizado de la importancia de conservar una buena salud. De nada sirven las conquistas de la técnica médica si ésta no puede llegar al pueblo…” Gracias Natalia por hacernos recordar de dónde venimos.
La ponencia de Beatriz Baldelli abrió un panorama muy interesante sobre un aspecto de esta problemática que es el trabajo con los equipos.
Respetar y poner a punto los límites de los profesionales intervinientes. Fortalecer las transferencias de trabajo a partir del análisis de las dificultades, no forzar la máquina es la clave. Ignacio Ygel por su parte puso el acento en la importancia del trabajo como estructurante de la vida, más allá y más acá del consumo, ambos, Beatriz e Ignacio plantearon esa cuestión.
Por supuesto todo el evento estuvo rodeado de muy buen clima, agasajos a los invitados y entre tiempos llenos de charlas e intercambio.

Un lujo haber participado.


[i] Tutucas: golosina de maíz inflado
 Psyche Navegante N° 104 – www.psychenavegante.net – Diciembre 2012


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