Anoche tuve un sueño, una
pavada, no tiene nada que ver con nada.
Bueno, igual te lo
cuento...
“Venía la boleta de gas,
primero leía 1000 pesos pero no, era 100, me desperté sobresaltada mal, 100
pesos es mucho.”
-
¿Y mil?
-
Mil es lo que querría ganar...
-
Pero si cien es mucho, parece que no vas a salir a
buscar los mil, te vas a quedar con los cien. Total, es mucho.
-
Bueno, sí, en realidad me ofrecieron un dinero para que
me quede, cien pesos. Truchada, viáticos, no sé bien.
-
¿Son sólo los cien los que te retienen o la alianza con
el jefe te resulta atractiva?
Desde hace un tiempo esta joven
se debate entre seguir en un trabajo donde la corrupción alcanza a todos los
niveles o buscar otra cosa.
Pero... no hay trabajo... la
desocupación... la crisis.
Pero el gas letal del estado
mandó su factura por la vía del sueño que no tenía nada que ver con nada, pero
la despierta mal, sobresaltada.
Tal vez tenga que ver con su
familia, con aquel recuerdo infantil que retornaba sin sentido:
“Yo era chiquita 3 o 4 años y
me decían: decí puta, decí puta, todos se reían y yo repetía.”
-
100 pesos es casi una risa como soborno, sin embargo te
alcanzan para tentarte y repetir.
-
Es terrible no me puedo ir de ese lugar
-
¿De cuál?
*Artículo publicado en la revista Psyche Navegante N° 14 - www.psychenavegante.net -
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