jueves, 1 de noviembre de 2012

Jorge F


Por Pablo Mazzagatti y Silvia Sisto

Me consulta Jorge, un joven de 27 años. Dice que lo tiene mal algo que se ha repetido con varias de sus parejas: luego de un tiempo de comenzada una relación, él se las ingenia para ir sacándole a ella información sobre los novios anteriores. Entonces va entrando en una especie de vorágine en donde va pidiendo cada vez más detalles. Él siente que está tomado morbosamente por esto pero no puede sustraerse. Parece que el punto de mayor captura en este goce se da cuando la compañera de turno ha tenido alguna experiencia con un tipo violento, que la trataba mal o que la sometía a alguna clase de tormento físico o psíquico. Ahí él no puede dejar de preguntarle y preguntarse por qué ella se quedaba, prolongando la situación. No lo dejan conforme explicaciones, cuando las hay, del tipo de: me tenía amenazada, a veces me encerraba, etc.
En estos primeros relatos, él habla de su padre: lo nombra como un tipo que nunca fue del todo aceptado por sus abuelos (los del paciente), tanto maternos como paternos. Al parecer coincidían en nominarlo como "quedado y fracasado". Cuando Jorge tenía ocho años, su padre fue secuestrado, era la época de la dictadura militar. Estuvo desaparecido tres meses: un militar, a quien el padre le había prestado dinero, lo intimidó de este modo, para evitar pagarle aquella deuda. Ya liberado, preso de una profunda depresión, se negaba a volver con su familia, hasta que finalmente regresó.
Al poco tiempo de esto, el grupo familiar se trasladó a F., un pueblo del interior.
En la tercera entrevista él retoma su pregunta acerca de lo que no puede dejar de hacer con las mujeres, es decir pedirle detalles de sus anteriores amantes y finalmente preguntarles por qué se quedaban tanto tiempo si eran maltratadas, etc. Le propongo una construcción: "lo que parece que te impacta es encontrar en el pasado de ellas algún personaje violento como el que secuestró a tu papá y del cual él no se pudo defender". Noté que se angustió mucho. Balbuceó algo incomprensible, suspiró y finalmente dijo: "Pensé algo que nunca se lo conté a nadie. No lo puedo decir". Después de un prolongado silencio se animó a hablar: "Esto me pasó a los 8 años, al poco tiempo de habernos mudado a F. Yo estaba en un descampado, jugando con un chico del lugar que era más grande que yo. Este tipo tenía un cortaplumas y me dijo que si yo me bajaba los calzoncillos me lo regalaba. En ese momento no pensé nada malo, me pareció algo muy fácil. Pero cuando me bajé los pantalones él me dijo que me bajara los calzoncillos también, cosa que no sé por qué hice. Él me agarró por atrás y me apoyó. Habrán sido diez segundos, no sé. Ahí reaccioné y me zafé.
-¿Por qué te quedaste tanto tiempo?
En la entrevista siguiente trae algo así como la revisión de una serie de situaciones en las que a lo largo de su vida se fue quedando de más. Lo invito a pasar al diván.

PABLO MAZZAGATTI
Junio, 1998


Comentario de Alicia Donghi:

 " La verdad está escrita en otra parte A saber:en Los monumentos y esto es mi cuerpo...en los documentos de archivos:..los recuerdos .. de mi infancia...en la tradición y en las leyendas que vehiculizan mi historia; en los rastros... necesitados para la conexión del capítulo adulterado con los capítulos que lo enmarcan...".
Lacan.Función y campo de la palabra .1953

Es un paciente freudiano, que como aquellos de entonces nos enseñan psicoanálisis. Ya que nos conduce al centro de la dramática obsesiva: la cuestión de la reinvindicación de la deuda paterna en el horizonte, el ocultamiento del saber sobre el goce en la mujer, los intrincados laberintos del significante, etc. Llega, también, como un paciente lacaniano: La mujer es un síntoma del hombre. Allí, donde la ignorancia del propio goce retorna en la compañera de turno, en la insistencia compulsiva de la pregunta que tiene denegada su inscripción pero que lucha por encontrarla en ese desplazamiento singular. Retorno también del goce del verdugo, del "militar" que arranca la información morbosamente y que, como aquel, tampoco quiere pagar, salvo desresponsabilizándose en el síntoma, aunque demande desembarazarse de él. Transacciones que llevan la marca tanto de la defensa como del deseo.
Es un fragmento clínico que muestra con claridad los dos tiempos necesarios para la constitución del síntoma y su sobredeterminación. Tiempo peculiar del psicoanálisis que rompe con la idea de una temporalidad lineal y cronológica, ya que es por efecto retroactivo que opera. La primera escena se resignifica como sexual, se interpreta, luego de haber pasado por la pubertad. Freud afirma, que esto sólo era posible con las representaciones sexuales, ya que en ellas se realiza la única posibilidad de que con efecto retardado un recuerdo produzca un desprendimiento mas intenso que a su turno la vivencia correspondiente. Para ello solo hace falta una cosa: que entre la vivencia y su repetición en el recuerdo, se interpole la pubertad"(Carta 52 a Fliess). La significación del mensaje se produce a posteriori por efecto de la sanción del Otro. Son necesarias dos series asociativas:

1°)El sinsentido del goce, que invade su cuerpo en el recuerdo traumático, es resignificado según la temporalidad confeccionada con los recursos significantes proporcionados por la propia interpretación del goce supuesto al padre en el secuestro: " quedarse de mas" que no les permitió quedarse (mudarse a otro pueblo)."Quedarse de mas =fracasado"

2°)La construcción del analista sobre el goce del padre en el mito lo reconduce al recuerdo de la vivencia traumática. Instante del trauma, donde "quedado" es el significante que conmemora lo suspendido entre la consumación del goce y su  sustracción, y por allí también "lo fracasado" como satisfacción.
Trayecto significante quedarse de mas = quedado = fracasado que articula el goce pulsional a la cadena significante y le da consistencia al ser: "fracasado".

Doble vertiente del síntoma(mensaje y goce) que el analista sitúa magistralmente, en el instante del trauma con el equívoco significante, dando paso a un cambio en el lugar de la pregunta del sujeto respecto del goce en el síntoma. El quedarse de mas pasa a ser un problema del sujeto, conduciéndolo al trabajo analítico


Comentario de Silvia Sisto

El analista nomina a la viñeta en relación a su flamante paciente como "Jorge F."
F.; lugar de apellido, también lugar de residencia desde que un militar limita su goce sexual por la vía de limitar el goce de su padre en relación al dinero.
F.; de fracasado; el padre.
Coincido en la interpretación final: ¿porque te quedaste tanto tiempo?, y entiendo que hay una construcción primera: el no se pudo defender. Una particular manera y no otra de construirla que posibilita esta interpretación.
Otra construcción podría haber sido, pero fue ésta, con su carácter arbitrario, la que funciono. Permitiendo así la última estocada que intuyo debe haber sido la primera de un largo duelo en el que analista y paciente se debatirán, como caballeros.
En la construcción el analista hace semblant, este paciente no hubiera tolerado otro militar que le diga lo que el ya sabe que le gusta.
Esto creo es confirmado por el hecho de que F. puede relatar su historia infantil después que P. hace dicha construcción en relación al padre, perdonándole la vida, simbólicamente.
A diferencia del militar que se la perdonó en la carne y se la cobró sumiéndolo en una profunda depresión. En la cual el padre se queda " quedado y fracasado " para no decepcionar a sus progenitores.
Es esa intervención la que le permite a F. situar aquella escena infantil como escena fantasmática. Resignificarla e instalarla como síntoma de identificación al padre.
Carne de mi carne reza el padre al hijo. Pero el hijo vacila preguntándole a Ella de que goza. Construcción del analista, efecto apres-coup en el paciente, lugar para que asome la transferencia y separarse de esa carne con la ayuda, de un corta-plumas. Aquel por el cual se quedó es tal vez quien le posibilitó el corte.
Quedarse, significante que estaba inscripto desde infancia, y que ahora bajo el efecto del dispositivo analítico cobra otro "valor ".
La interpretación "porque te quedaste tanto tiempo " abre camino al deseo, poniéndole así límite al goce propio y de su padre en su escena fantasmática.
Es cierto, "reaccionó y se zafó ".


*Artículo publicado en la revista Psyche Navegante N° 6 - www.psychenavegante.net -

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