Artículo basado en la
participación de la autora en las IX Jornadas de Profesionales en Formación en
Salud Mental: “Apuestas en Salud Mental. La Clínica y lo Social”. Amaicha de Tucumán - 17, 18 y 19 de marzo de
2011.
Una leyenda
sobre el origen de nuestra cultura. Es la historia de
Rómulo y Remo que abandonados por su madre en pos de salvarles la vida son
criados por una loba, siendo jóvenes andaban en bandas perturbados y errantes
tratando de sobrevivir hasta que encuentran su identidad por la vía de la
fundación de un territorio: Roma
O sea que nuestra
cultura descansa entre otras cuestiones, sobre el mito de
niños abandonados en pos de su salvación, de
jóvenes en bandas para sobrevivir… y la recuperación de la identidad por el
lado de la fundación de un territorio.
Winnicott, en “Deprivación
y Delincuencia” plantea que fue la situación social grave y la alta
peligrosidad empujada por la segunda guerra mundial lo que lo presionó a ocuparse del tema. Como sabrán, le ofrecen
ser el Psiquiatra Consultor del Plan de evacuación oficial de personas- estamos
en la segunda guerra y en Inglaterra hay muchos bombardeos.- A Winnicott le preocupa la decisión de evacuar niños menores de 5 años
sin sus madres. Con su lucidez y nobleza, escribe una carta para alertar sobre
los daños que se causarán sobre lo que parece ser “un plan exitoso a favor de los
niños”.
También aborda el efecto de la medida en la madre deprivada, la que tiene que
dejarlo partir por su supuesto bienestar…Winnicott en esa carta… dice:
“Qué derechos tenemos nosotros a que en pos
de que estén mejor, despegarlos”.
Esta es una
pregunta que con los equipos con que trabajo nos hacemos muy a menudo.
En los tiempos
que corren, en estas latitudes no hay guerras que pongan en peligro las vidas
de los niños y jóvenes pero sí grandes migraciones en busca de trabajo y mejores
condiciones de vida. Cantidad de gente viene a vivir a Buenos Aires desde el
interior con ilusiones de progreso. Cantidad de gente nunca puede volver…como
antaño nuestros abuelos migrantes empujados por esa misma guerra que empuja
a Winnicott a trabajar el tema, se
instalaron en este territorio y recuperaron identidad.
También
a nosotros nos empuja la peligrosidad social pero a diferencia de lo que hace
la masa mediática y mediatizada que pide seguridad, la gente que apuesta a la
subjetivación de los actos, mete la mano en el barro en que se metieron y
fueron metidos una gran cantidad de jóvenes en conflicto con la vida.
En su malestar en
la cultura Freud ubicará tres deseos antisociales básicos: asesinato,
canibalismo e incesto.
La mayoría de los
relatos clínicos que escuchamos de nuestros jóvenes que por diferentes razones
se acercan a nosotros están teñidos de: incesto, asesinato y canibalismo en el sentido de la voracidad y oralidad con
que se relacionan con su entorno y el entorno con ellos.
Entonces me pregunto: Si hubo
desarraigo temprano, del cuerpo de sus madres, del territorio de sus familias, de sus lugares de
inserción social ¿Es posible –al decir de Freud- la renuncia a la bestia? La
circunstancia más flagelante es la primera: el desarraigo del cuerpo materno,
de ese tiempo dependerán la tolerancia de las otras separaciones y la
posibilidad de no vivirlos como desarraigos.
Por la experiencia que voy tomando tanto con
los equipos de Moreno en el área educación y juventudes como en ASE[i]
de San Fernando, trabajando con poblaciones de villas, empiezo a conjeturar
que tal vez a veces, muchas veces es necesario ir al
territorio que ellos pudieron armar. La casa, la esquina, el baldío. Ellos no
van a salir a buscarnos, básicamente porque tienen miedo y razón en tenerlo. Muchas veces los
profesionales cambian, si hay algo que los pibes que van a ASE valoran es
nuestra permanencia. La gente se va, no es de ahí, y ellos se quedan solos una
vez más.
Este movimiento de ir hacia… es sustentable
(palabra de moda) con la colaboración de
los equipos de salud mental en combinación con otras disciplinas y otros
actores sociales: agentes comunales, enfermeros, religiosos, vecinos. Allí se arma
un territorio muy diferente para todos. Hay lugar para jugar diferentes
roles.
Hemos observado que el comedor de sus casas es
casi una prolongación de sus cuerpos. En el fondo, poder salir… es salir del “comedor”
familiar. Allí comen y son comidos por furiosas pasiones que los aplastan. Las
adicciones gobiernan, la oralidad reina en el territorio de sus cuerpos.
En este momento conduzco el tratamiento de 3
chicas pobladoras de villas de emergencia y hay una recurrencia: les resulta
sumamente doloroso mejorar y salir solas, sin sus hermanos. Hubo también varios
casos de varones que se accidentaron y ahí la pregunta de Winnicott me golpea: Qué derecho tenemos a despegarlos y
realmente pienso que en muchos casos hay que tomar el riesgo, porque la suerte
está echada. Si se angustian y llaman
-como muchas veces lo hacen- habrá alguna chance. Si no, igual ya no hay nada,
sólo el vació llenado con tóxico o las balas.
Entonces de alguna manera trabajamos para
producir actos clínicos, que luego de una y otra vez, tal vez den lugar a alguna subjetivación, si
las balas no actuaron antes. Éste es un factor muy difícil de tolerar para
todos nosotros. El otro aspecto difícil
de tolerar es soportar que tienen sus recursos, sus linajes y sus goces… no
somos conquistadores del territorio del otro.
El valor del
trabajo en territorio y la importancia
de acceder a él. El precio es otra
cosa.
Adentro y afuera,
la “O” de la exclusión empieza a ser reemplazada por la “Y”. La
Y nos permite valorar la cultura que ellos portan porque
tampoco la idea es desarraigarlos de lo que armaron. Ésta por ejemplo es
también la posición del Equipo de sacerdotes para las villas de Emergencia, que
van a vivir al territorio. Ellos en su documento hacen una valoración positiva
de la cultura villera. También es la política del Pastor con que trabajamos en
ASE, él va a visitar a la gente a veces con alguno del equipo.
Trabajar en territorio con todos los
dispositivos que creativamente se nos ocurran creo que es una apuesta
desafiante y muy estimulante, que las políticas de salud a veces contemplan
otras nosotros tendremos que argumentar para que sean tenidas en cuenta. Pero
muchas otras entrañan una gran dificultad para los equipos en cuestión, creo
que se trata de que a todos nos cuesta salir de nuestro territorio, seguro y
conocido.
Winnicott dice que el psicoanálisis tiene
grandes fracasos en el trabajo con el antisocial si no toma en cuenta el
ambiente, si no incluye el ambiente facilitador en su práctica.
Este escrito es un intento de argumentación en
pos de un trabajo más eficaz y menos frustrante aunque también mucho más
riesgoso…pero sin riesgo no hay vida.
Los territorios se defienden con guerras, la
idea amorosa y endulzada de algunos sólo expone más a nuestros jóvenes. El
territorio no es cosa para tomar a la ligera muchas veces es el propio cuerpo.
Los pibes chorros de las villas conviven con sus vecinos policías y los narcos,
no hay que idealizar su situación de marginalidad sino llenaremos el camino de
mártires. Ir al territorio de ellos no quiere decir sacarlos sino tratar de
escuchar para producir algún alivio.
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