miércoles, 12 de junio de 2013

El valor del territorio.

Artículo basado en la participación de la autora en las IX Jornadas de Profesionales en Formación en Salud Mental: “Apuestas en Salud Mental. La Clínica y lo Social”.  Amaicha de Tucumán - 17, 18 y 19 de marzo de 2011.

Una leyenda sobre el origen de nuestra cultura. Es la historia de Rómulo y Remo que abandonados por su madre en pos de salvarles la vida son criados por una loba, siendo jóvenes andaban en bandas perturbados y errantes tratando de sobrevivir hasta que encuentran su identidad por la vía de la fundación de un territorio: Roma
O sea que nuestra cultura descansa entre otras cuestiones, sobre el mito de
niños  abandonados en pos de su salvación, de jóvenes en bandas para sobrevivir… y la recuperación de la identidad por el lado de la fundación de un territorio.
Winnicott, en “Deprivación y Delincuencia” plantea que fue la situación social grave y la alta peligrosidad empujada por la segunda guerra mundial lo que  lo presionó  a ocuparse del tema. Como sabrán, le ofrecen ser el Psiquiatra Consultor del Plan de evacuación oficial de personas- estamos en la segunda guerra y en Inglaterra hay muchos bombardeos.-  A Winnicott le preocupa la  decisión de evacuar niños menores de 5 años sin sus madres. Con su lucidez y nobleza, escribe una carta para alertar sobre los daños que se causarán sobre lo que parece ser “un plan exitoso a favor de los niños. También aborda el efecto de la medida en la madre deprivada, la que tiene que dejarlo partir por su supuesto bienestar…Winnicott en esa carta… dice:
 “Qué derechos tenemos nosotros a que en pos de que estén mejor, despegarlos”.
Esta es una pregunta que con los equipos con que trabajo nos hacemos muy a menudo.
En los tiempos que corren, en estas latitudes no hay guerras que pongan en peligro las vidas de los niños y jóvenes pero sí grandes migraciones en busca de trabajo y mejores condiciones de vida. Cantidad de gente viene a vivir a Buenos Aires desde el interior con ilusiones de progreso. Cantidad de gente nunca puede volver…como antaño nuestros abuelos migrantes empujados por esa misma guerra que empuja a  Winnicott a trabajar el tema, se instalaron en este territorio y recuperaron identidad.
También a nosotros nos empuja la peligrosidad social pero a diferencia de lo que hace la masa mediática y mediatizada que pide seguridad, la gente que apuesta a la subjetivación de los actos, mete la mano en el barro en que se metieron y fueron metidos una gran cantidad de jóvenes en conflicto con la vida.
En su malestar en la cultura Freud ubicará tres deseos antisociales básicos: asesinato, canibalismo e incesto.
La mayoría de los relatos clínicos que escuchamos de nuestros jóvenes que por diferentes razones se acercan a nosotros están teñidos de: incesto, asesinato y canibalismo  en el sentido de la voracidad y oralidad con que se relacionan con su entorno y el entorno con ellos.
Entonces me pregunto: Si  hubo desarraigo temprano, del cuerpo de sus madres, del  territorio de sus familias, de sus lugares de inserción social ¿Es posible –al decir de Freud- la renuncia a la bestia? La circunstancia más flagelante es la primera: el desarraigo del cuerpo materno, de ese tiempo dependerán la tolerancia de las otras separaciones y la posibilidad de no vivirlos como desarraigos. 

Por la experiencia que voy tomando tanto con los equipos de Moreno en el área educación y juventudes como en ASE[i] de San Fernando, trabajando con poblaciones de villas, empiezo a conjeturar que  tal vez  a veces, muchas veces es necesario ir al territorio que ellos pudieron armar. La casa, la esquina, el baldío. Ellos no van a salir a buscarnos, básicamente porque tienen miedo y  razón en tenerlo. Muchas veces los profesionales cambian, si hay algo que los pibes que van a ASE valoran es nuestra permanencia. La gente se va, no es de ahí, y ellos se quedan solos una vez más.
Este movimiento de ir hacia… es sustentable (palabra de moda) con  la colaboración de los equipos de salud mental en combinación con otras disciplinas y otros actores sociales: agentes comunales, enfermeros, religiosos, vecinos.  Allí se arma  un territorio muy diferente para todos. Hay lugar para jugar diferentes roles.

Hemos observado que el comedor de sus casas es casi una prolongación de sus cuerpos. En el fondo, poder salir… es salir del “comedor” familiar. Allí comen y son comidos por furiosas pasiones que los aplastan. Las adicciones gobiernan, la oralidad reina en el territorio de sus cuerpos.
En este momento conduzco el tratamiento de 3 chicas pobladoras de villas de emergencia y hay una recurrencia: les resulta sumamente doloroso mejorar y salir solas, sin sus hermanos. Hubo también varios casos de varones que se accidentaron y ahí la pregunta de Winnicott me golpea: Qué derecho tenemos a despegarlos y realmente pienso que en muchos casos hay que tomar el riesgo, porque la suerte está echada.  Si se angustian y llaman -como muchas veces lo hacen- habrá alguna chance. Si no, igual ya no hay nada, sólo el vació llenado con tóxico o las balas.
Entonces de alguna manera trabajamos para producir actos clínicos, que luego de una y otra vez,  tal vez den lugar a alguna subjetivación, si las balas no actuaron antes. Éste es un factor muy difícil de tolerar para todos nosotros.  El otro aspecto difícil de tolerar es soportar que tienen sus recursos, sus linajes y sus goces… no somos conquistadores del territorio del otro.

El valor del trabajo en  territorio y la importancia de acceder a él. El precio es otra cosa.

Adentro y afuera, la “O” de la exclusión empieza a ser reemplazada por la “Y”.  La Y nos permite valorar la cultura que ellos portan porque tampoco la idea es desarraigarlos de lo que armaron. Ésta por ejemplo es también la posición del Equipo de sacerdotes para las villas de Emergencia, que van a vivir al territorio. Ellos en su documento hacen una valoración positiva de la cultura villera. También es la política del Pastor con que trabajamos en ASE, él va a visitar a la gente a veces con alguno del equipo.

Trabajar en territorio con todos los dispositivos que creativamente se nos ocurran creo que es una apuesta desafiante y muy estimulante, que las políticas de salud a veces contemplan otras nosotros tendremos que argumentar para que sean tenidas en cuenta. Pero muchas otras entrañan una gran dificultad para los equipos en cuestión, creo que se trata de que a todos nos cuesta salir de nuestro territorio, seguro y conocido.
Winnicott dice que el psicoanálisis tiene grandes fracasos en el trabajo con el antisocial si no toma en cuenta el ambiente, si no incluye el ambiente facilitador en su práctica.

Este escrito es un intento de argumentación en pos de un trabajo más eficaz y menos frustrante aunque también mucho más riesgoso…pero sin riesgo no hay vida.
Los territorios se defienden con guerras, la idea amorosa y endulzada de algunos sólo expone más a nuestros jóvenes. El territorio no es cosa para tomar a la ligera muchas veces es el propio cuerpo. Los pibes chorros de las villas conviven con sus vecinos policías y los narcos, no hay que idealizar su situación de marginalidad sino llenaremos el camino de mártires. Ir al territorio de ellos no quiere decir sacarlos sino tratar de escuchar para producir algún alivio.






[i] Acción Social Ecuménica- Iglesia Evangélica del Rio de la Plata (Alemana Protestante)

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