Voy a tomarme de la idea de juego
para jugar con algunos autores sin ataduras cronológicas, pero sí tomando nota
de la época en que vivieron, en un vaivén de matices y hallazgos que se
entrecruzan básicamente en un contexto de guerra.
Como único hijo varón, su padre quiso
convencerlo de que se uniera a la empresa familiar cosa que no logró. A pesar
de una infancia buena algo lo perturbó, hecho que lo llevó al estudio de
enfermedades graves y de situaciones graves. Al cumplir 67 años escribió un
poema a su madre y se lo entregó a un colega, se lo dio a leer haciéndole saber
lo que le había costado y dolido “sacárselo”, ésta es la expresión que él usó,
“sacarlo”. El poema es muy breve y dice:
La madre abajo llorando
llorando
llorando
Así la conocí
Una vez, extendido sobre sus rodillas
Como ahora sobre el árbol muerto
Aprendí a hacerla sonreír
a detener sus lágrimas
a deshacer su culpa
a curar su muerte interior
Darle vida era mi vida.
Este poema por lo menos sugiere una
madre muy triste, no sé si decir depresiva pero había un niño ahí que se había
propuesto alegrar a su madre. Por eso creo que esa madre suficientemente buena
también incluye a la otra, en su propia vida.
En años posteriores Winnicott
escribió ¨ El análisis es el trabajo que he elegido, la forma en que
siento que mejor puedo ocuparme de mi propia culpa, la forma en que puedo
expresarme de modo constructivo”
Según dicen no llegó a tener una
lectura completa de las obras de S. Freud. Cuando empezó a estudiar
psicoanálisis muchos de los escritos de Freud todavía no habían sido traducidos
al inglés. Winnicott nació en 1896, Freud en 1856, los separan muchos años y un
mundo que no era el actual. Sin embargo en varias cuestiones parece que
hubieran tenido una misma intuición.
Hay preguntas como: ¿Cuándo empieza
el juego? ¿Hay juego antes de poder separase de la mamá? ¿Hay objeto cuando se
juega? Preguntas que, aunque de manera diferente, rondaron a todos nuestros
maestros.
Según Freud “el juego
sintetizaba el logro cultural del niño, la gran renuncia instintiva realizada a
fin de dejar partir a su madre sin protestar.” Se detectaba allí la
ganancia de placer en el dominio del objeto, y de ahí la
compulsión a la repetición.
Winnicott no estará del todo de
acuerdo con Freud – aunque no pudo polemizarlo con él- respecto a la voluntad
de dominio que hay en el juego, o, de que sólo haya eso. Él
dice que no trata sólo de dominio, él habla de “uso” de objeto donde hay que
tener en cuenta la naturaleza del objeto, como una cosa en sí misma. Él va a
decir, para usar un objeto es necesario que el sujeto haya desarrollado una
capacidad que le permita usarlos. Y en ese sentido, nuevamente la paradoja, el
objeto tiene que soportar el uso.
En este sentido quiero detenerme un
poco en la cuestión del analista cuando ofrece su presencia, su cuerpo, su
consultorio, a ser usado, tiene que poder dejarse usar, pero, y acá viene el
aporte de Lacan, que me parece que es lo interesante: hasta cierto punto.
Winnicott va a seguir un poco más y
va a decir que esto del uso y de la relación de objeto es posible en tanto
exista un ambiente facilitador, que no es poco.
Retomo, es Lacan quien va más allá
del uso, él habla del usufructo (éste es un término del derecho): uso
interdicto por la ley. El uso sin ley, goce, goce del Otro, espacio sin tiempo,
juguetes que no lo son (autistas mordiendo todo o babeando). En el usufructo la
ley se manifiesta en la modalidad de uso. Las cosas se usan para lo que han
sido hechas. Cuando uno trabaja con un autista, ahí es bien claro que algo de
la legalidad no está funcionando, que el objeto perdió la calidad de objeto, la
pelota es redondez para decirlo de alguna manera, es algo que siempre tiende a
querer ser incorporado, a querer ser mordido. Entones el Objeto Transicional
que emerge del Espacio Potencial de Winnicott podría ubicarse entre la
presencia-ausencia de la madre y la interdicción del padre. Y el Objeto
Transicional, provocando a la estructura significante.
Entonces, es importante repensar con
Winnicott[1] la construcción en cada caso del Espacio Potencial de juego,
Objeto Transicional y Fenómenos transicionales, que dependen de esa zona
hipotética que hay entre la mamá y el bebé. Estos elementos serán necesarios
que aparezcan en el espacio del consultorio pero sólo será posible si tenemos
en cuenta ese concepto muy importante que es el de ambiente facilitador. Cómo
semblanteamos para facilitar que algo de eso aparezca, es lo más difícil.
El ambiente, la atmósfera que anidará
a una criatura es fundamental para que los otros elementos particulares de la
infancia aparezcan. Ese ambiente facilitador que pueda armarse para determinada
familia, en nuestro consultorio, hace a nuestro arte de encontrar el semblante
que facilite y posibilite el trabajo. Hay una anécdota de Winnicott, cuando lo
llaman para que asesore en un orfanato y le preguntan cómo tenían que abordar
los terapeutas esos casos tan terribles de niños que habían perdido a su
familia en la guerra. Winnicott recorre el lugar y dice algo así: "Antes
de hacer nada, pongan cortinas y cubrecamas acogedores". Está en
"Deprivación y Delincuencia" un libro muy interesante y tal vez de
poca circulación actual.
Volvamos al juego, Winnicott le da un
estatuto vital en la construcción de la subjetividad a la
posibilidad de jugar. Si un niño puede jugar, me parece que tiene una cantidad
de recursos, aunque tenga que venir al consultorio de un analista, una cantidad
de recursos disponibles que rápidamente hacen que la situación empiece a andar
bien. El tema es cuando no juega. Se nos plantea aquí una dificultad de
traducción que hay que aclarar para no simplificar.
El inglés dispone de dos palabras para nombrar aquello que nosotros sólo podemos decir de un solo modo: jugar. Ellos dicen play o bien game. El game es el juego reglado, se desarrolla en un espacio y un tiempo preestablecido, con un inicio, un desarrollo y una conclusión definidos; el ajedrez sería un ejemplo, dará como resultado ganadores y perdedores, y otorga a quien lo juega la sensación de dominio (Freud) de una estrategia posible para dirigir su juego. Y algo que resulta importante es que todo game admite una vuelta más, un volver a intentarlo. El play, en cambio, está más cercano al despliegue de una actividad espontánea; es en su propio movimiento como se construye el área de juego; no define “ganadores” o “perdedores”, pero los participantes no salen del mismo modo al que habían ingresado. En el play no hay una preocupación intelectual, en el game sí. Y, finalmente, en el play no hay “revancha” ya que difícilmente se puedan reeditar las alternativas que lo hicieron posible; en todo caso, si las cosas van bien vuelve a intentarse, continúa. Creo que el arte del analista es llevar al paciente a usar la “y” no la “o”. Tal vez sea play y game.
El inglés dispone de dos palabras para nombrar aquello que nosotros sólo podemos decir de un solo modo: jugar. Ellos dicen play o bien game. El game es el juego reglado, se desarrolla en un espacio y un tiempo preestablecido, con un inicio, un desarrollo y una conclusión definidos; el ajedrez sería un ejemplo, dará como resultado ganadores y perdedores, y otorga a quien lo juega la sensación de dominio (Freud) de una estrategia posible para dirigir su juego. Y algo que resulta importante es que todo game admite una vuelta más, un volver a intentarlo. El play, en cambio, está más cercano al despliegue de una actividad espontánea; es en su propio movimiento como se construye el área de juego; no define “ganadores” o “perdedores”, pero los participantes no salen del mismo modo al que habían ingresado. En el play no hay una preocupación intelectual, en el game sí. Y, finalmente, en el play no hay “revancha” ya que difícilmente se puedan reeditar las alternativas que lo hicieron posible; en todo caso, si las cosas van bien vuelve a intentarse, continúa. Creo que el arte del analista es llevar al paciente a usar la “y” no la “o”. Tal vez sea play y game.
Winnicott aclara que en el play no
hay dominio, y somos más jugados que jugadores. En este sentido Winnicott es
bastante lacaniano, somos objetos del juego. Y Lacan es muy winnicottiano ya
que su conceptualización de objeto “a”, la toma de Winnicott y la sigue
trabajando.
Decía en el comienzo que Freud y
Winnicott no pudieron intercambiar ideas pero tal vez Klein hizo de bisagra sin
saberlo…
Fragmento de la clase1 del
Seminario: Los niños nos enseñan a psicoanalizar
[1] Realidad y juego- D. Winnicott
Psicoanálisis - Vida y Obra
Autor: Silvia Sisto
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