miércoles, 12 de junio de 2013

Los tiempos lógicos en la clínica con niños.

En la clínica con niños creo que el mayor arte reside en poder captar las diferencias de los tiempos de los chicos, de los padres y también el tiempo nuestro.
Niños y padres a veces, muchas veces están perdidos bajo  presiones culturales, digo culturales en el sentido del malestar en la cultura actual, sobre todo de la escuela.
Bueno, en estos días estoy atendiendo a un nene de 7 años cuya madre.- mi mamá es muy dura…no entiende. Se refiera a cierta dureza corporal y afectiva. En realidad es una mujer brillante, es una referente en lo que hace al trabajo en computación para ciegos. Su analista me decía que eso no es porque sea ciega, no tiene porque ser así, es su neurosis. Ella tiene un tono postural y una modulación de voz muy dura. A la vez el nene se queja de que su mamá trabaja en la computadora todo él día. Y que ésta habla. Claro, lógicamente ella necesita un sistema donde la computadora hable. Él se tapa los oídos y dice “no lo aguanto más”. Bueno, empiezo a indagar, resulta que esto viene sucediendo con distintos recursos, desde que él estuvo en la panza y no sólo que la computadora habla sino que habla en inglés. El motivo de consulta es que el nene va a una escuela bilingüe, ocho horas también, y no entiende una pepa de inglés, y no puede entender y me dice, “Yo te juro que no entiendo de qué me hablan, no entiendo nada”.
es ciega. Pero lo más complejo de esta madre no es justamente eso, aunque por supuesto tiene su valor para la criatura. Pero el nene dice
En una sesión con el nene, mi instante de ver en ese encuentro, se produjo a través de un lapsus, porque le digo-  “Che, ¿Cómo te va en el preescolar?” y el pibe está en segundo grado. Bueno, se enojo y me dijo: “No! yo estoy en segundo grado”. Entonces aproveché a introducirlo en esto de las conexiones insólitas de las que hablaba Ulloa  respecto del tiempo de comprender. Y  le dije: -“ Tenes razón, y por qué te habré dicho preescolar? ¿Por qué será? ¿Me pareció que eras más chico? Y entonces  me dice “Y, sí, lo que pasa es que yo me la paso saltando…”  Empezó él a darse cuenta de que juega, se mueve, o se maneja, como un nene más chico. Y eso hace que sus compañeros no quieran jugar con él y se burlen.
Me pregunto, ¿qué efectos pudo tener esa voz metálica que habla en inglés que se suma a cierto tono duro de la madre en la estructura neural de esta criatura y en la estructuración de la estructura significante?
¿Esa voz produce en él un golpe de lo real?
Hace un dibujo después de varias entrevistas. Un dibujo donde hay una máquina al lado  un monstruo enorme y un monstruo más chiquito, y él dice: se trata de una máquina que alimenta a un monstruo.
Luego de este tiempo de comprender, incluido el dibujo, los juegos, las conversaciones, mi lapsus. Ariel, se empieza a comunicar con los compañeros, se empieza a llevar mejor con el grupo, se empieza a incluir, y me dice:- “Ojalá viviéramos en otra época donde había escuelas de nenas y nenes” “Ah!” le digo:- “¿Ahora estás con los nenes?” Porque hasta ahí él no tenía amigos. -“No estás más sólo”, “-Si.” me dice, “-¿Y como hiciste?” “Me metí”…
O sea que empieza a introducir la diferencia y a poder decirlo.
En el nene es evidente que ha funcionado la castración del lenguaje, su alienación al discurso de los padres está en un punto donde la separación empieza a operar, empieza a poder decir de la diferencia que tiene con sus padres ahora. El quiere apagar la computadora, o que se ponga los auriculares. Lo cual es un problema, porque si la madre se pone los auriculares, ni lo ve ni lo escucha. Entonces es verdaderamente un problema. Vuelvo a citar a Fernando Ulloa, esto es lo que él supo llamar una “encerrona trágica”. Los niños también se encuentran muy a menudo en esas encrucijadas donde cualquiera de las opciones es mala.
Para los padres el problema del nene es que es muy mimoso, que la madre es ciega, que hace poco murió una hermanita, por supuesto que es un problema y que todo esto se suma, pero, ¿dónde se suma? 
A mí me parece que ese monstruo, esa máquina que alimenta al monstruo, empezó antes. Esa es para mí la primera marca a la que se sumarán las otras.
En muchos de los casos, que me ha tocado atender, me encuentro con novelas familiares sesgadas. Dicha construcción no es posible sin la articulación de determinados significantes, que a veces no están disponibles  en la trama familiar. No están disponibles en los padres.
En ese sentido decía Freud que las teorías sexuales infantiles y la novela familiar son llevadas a cabo solitariamente y constituyen el primer paso hacia una orientación independiente del mundo. Con Lacan podríamos agregar que son los andamiajes del fantasma, este se presentifica en el modo de nombrar los goces familiares y empezar a recortar los propios. Siempre decimos que el fantasma tiene estructura gramatical…pero esa estructura hay que extraerla de una trama. Y esa trama se empieza a escribir en los agujeros del cuerpo y del alma, en la infancia y parece que [1]antes.
En la clase 9 del seminario sobre la Lógica del Fantasma hay una intervención muy interesante de la Dra. Aubry, en relación a los problemas de aprendizaje y de escritura.
Ella dice: “El momento de acceso al lenguaje escrito es un principio contemporáneo a la resolución del complejo de Edipo, donde el niño en la situación triangular ha aceptado y reconocido la ley del padre, simbólico al mismo tiempo que social.”
Cuando decimos que el juego es el modo de trabajar con un chico estamos diciendo que ahí, en el juego,  se estructurará su drama Edípico en su lógica temporal. Así irá armando su borromeo.
Una vez escrita la tragedia llega la posibilidad de “perforar el túnel” como decía Freud, con muchas mejores herramientas. También creo que es mucho más crucial  el paso de la infancia y su sexualidad parcial y polimorfa a la pubertad donde aparece lo nuevo, la descarga que perfora, latencia mediante. Qué pasará de la pubertad a la adolescencia donde este recorrido no será sin el bagaje de lo anterior.
 Lacan dice en el Seminario 4: “Se trata de captar siempre lo que, interviniendo desde fuera en cada etapa, reordena retroactivamente lo que se había esbozada en la etapa anterior. Y agrega: esto por la simple razón que el niño no esta solo, no solamente por su entorno biológico sino que hay un entorno mucho más importante, a saber, el orden simbólico.”
Me puse a repasar sobre las consultas que tuve en estos 20 años de actividad y clínica me di cuenta que en la gran mayoría de los casos se trata de niños que se encuentran entre los 5 y los 11 años, momento de escritura –no sólo escolar- ese es un engaño, una trampa de la cultura, trampa tal vez necesaria pero no suficiente. No es porque el chico vaya a la escuela, que se encausarán sus pulsiones es porque se han encausado que podrá ir.
El niño del monstruo y la máquina, por ejemplo, está atravesando la construcción de una metáfora. Una metáfora que lo acompañe cuando del cuerpo surjan esas sensaciones nuevas-viejas…
Ariel ha logrado un lugar significante que lo represente (los varones) para entrar a su tragedia, de la mano de un amigo imaginario que apareció sorpresivamente en el consultorio. Esta aparición dio lugar al efímero momento de concluir, de pasar a otra cosa, para tratar de comprender donde nada se comprende.










[1] Ver art psyche 89 sobre Psiquismo prenatal

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