miércoles, 12 de junio de 2013

Kamikakushi.

La niña maga llega con su padre, entra sola, mira el consultorio desde la puerta y se lanza sin duda, sin pausa y sin prisa (así se mueve) sobre una mesita que hay en la otra punta del consultorio. Allí una bola de vidrio, un cairel de una antigua lámpara descansa sobre un plato. Ella la toma, la mira y dice: ...¿es mágica?, ¡tenés una bola de cristal..!!
Jugueteando con el tono le digo… claro, mirá bien, ¿qué ves? Se ríe tímidamente y la sigue manipulando mientras me cuenta que ella ve videítos cuando se queda tildada, pero… no se lo digas a nadie.
¿Y cómo son esos videítos? Como los de la computadora.
Intentando precisar de qué se trata, si tal vez hay una alucinación en juego, pregunto: -¿Pensás esas cosas? No, no…aparecen de golpe. Veo lo que va a pasar.
¿Cómo qué? Yo veo que mi mamá me compró algo y después eso pasa, y eso me da miedo. Una vez vi que me tiraba de cabeza a la pileta y al año siguiente pasó.
¿Te da miedo que pasen otras cosas?
Cosas malas, dice ella y agrega: -vos no digas nada pero yo una vez vi un señor que la quería matar a mi mamá…bueno, no quiero hablar más de eso.
Sabías que las sirenas..., ¿las sirenas existen? Mmm...no....son personajes de... Entonces salta rápidamente y dice: ¡¿Y quién te dice si un día te ganás un pasaje a Hawai, te caés en un lago encantado que cuando caés salen estrellitas de colores y te convertís en sirena..?¿ eh?¿ mirá si eso pasa?
La frase vos no digas nada se reitera durante todo el trabajo…
Me pregunto qué dice el: no digas nada.
A la siguiente sesión le propongo que juguemos (pienso que algo quedó por fuera del juego, algo que ella no puede jugar, algo que hace que realidad y fantasía se mezclen).
Le propongo que juguemos a la adivina y la señora que consulta. Nos divertimos mucho pero hay un momento en que se fastidia y no quiere jugar más. El juego parece molestarle, hay cosas que son de verdad.
Aparece otro relato de un videíto -seguido del no digas nada- donde un nene quiere matar con un cuchillo a su hermana, año y medio mayor que ella.
-¿Y qué hiciste? -Me fui corriendo y después volví y se lo conté, pero mi hermana dice que son cosas mías, que no es nada, que me olvide.
También le pregunto por sus plantas, sus papás me contaron que hace muchos collage y le gusta armar macetas con flores de papel…ella dice claramente que lo hace porque esas no se mueren.
Entre tanto vuelvo a citar a los padres, un matrimonio en apariencia “normal”. Dicen que la nena tiene una gran disociación, respecto a que es brillante pero no puede con la escuela, se dispersa y tiene que hacer mucho esfuerzo para lograr cosas muy simples, cuando en ocasiones de la vida cotidiana hace cosas mucho más complejas.
Recuerdan que no durmió desde los cuatro hasta los treinta y tres meses, de pronto hizo un click y listo. Sitúan esto como una modalidad de la nena, que por ej.: no logra andar en bici, hasta que de pronto click y lo logró.
Es cierto lo que ellos observan, hay un goce determinado que se instaló de esa manera también para ellos que esperan el click y que todo se solucione. Algo bastante cercano a la magia.
En otra entrevista les pregunto muy frontalmente: -¿qué pasa o pasó para que esta nena tenga que armarse ese mundo de fantasía y magia tan fuerte? Es la madre quien cuenta que cuando la nena tenía cuatro años ellos se separaron violentamente.
El relato es muy confuso y no se entiende bien quién engañó a quién... No pregunto ni pido aclaraciones, tal vez no importe, lo importante es que en este modo de relato queda claro que hay un pacto que los enreda y nadie quiere romper. Ella habla mucho, él gesticula, hace gestos de desacuerdo, pero no dice nada. Finalmente entre hechos y venganzas parece que ambos se estafaron. En una de las peleas él le pega a ella y le sangra la nariz delante de las criaturas.
A la nena le cuento de esta entrevista con sus padres y le pregunto si recuerda algo de aquellas discusiones (lo planteo sutilmente en estos términos) y dice:
-no digas nada pero mi papá le pegó a mi mamá y unas gotitas de sangre mancharon mi camisón... -se le llenaron los ojos de lágrimas. Aproveché el recuerdo (aunque encubridor) para decirle que tal vez sus videítos tenían algo que ver con aquellos días de peleas donde ella era muy pequeña
En una primera lectura creo que hay algo en relación a ese episodio, pero ese recuerdo es la segunda escena, la primera tal vez está perdida. O guardada en esos treinta y tres meses de llanto e insomnio
Lo cierto es que los videítos desaparecieron en la medida que el juego se fue instalando como modalidad. Ella misma dice -ya no me tildo más. El juego empieza a reemplazar al click, bastante cercano al tildarse de la computadora, objeto princeps de sus juegos solitarios. Tildarse le implicaba estar aislada y desconectada en la escuela. En su casa y conectada a la computadora. Actualmente cuando me va a contar alguna historia insólita dice que tuvo un sueño, para no asustarme. Su familia en general se aburre con sus relatos y en general se quejan de ellos.
Realmente la niña es una poetisa, sus historias y sus fantasías nos envuelven en cada sesión. Se para frente a mí y comienza a inventar historias. Pero en su familia queda sin límites, nadie la escucha y por lo mismo nadie la calla. Todos se duermen y ella queda hablando sola.
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En la última entrevista los padres cuentan que es fanática de las películas japonesas como El viaje de Chihiro.
Decidí verla, es del prestigioso director japonés Hayao Miyazaki. Según los padres es un delirio que no se entiende nada. Lo que sí es cierto es que no es una película “infantil”.
Sin embargo yo creo que esa película le hace de pantalla. Se encuentran allí todos los componentes de sus relatos y juegos. Ella nunca me habló de esta película; sin embargo esta allí dentro o la película está dentro de ella dándole sustento.
La película comienza con una niña aferrada a un ramo de flores que le regalaron sus amigos porque se muda. Hay muchos origamis, que son los que ella hace mansamente en cada sesión mientras habla. También estrellas y pases mágicos, una bruja malvada domina a los visitantes sacándoles el nombre, y así te olvidás de quién sos, dice uno de los personajes. También dice que el único modo de salvarte además de no olvidar tu nombre es trabajando.
Según sus padres, mi paciente no para de hacer cosas, artesanías, collage, solo le importa armar, cortar y pegar. Siempre esta trabajando dicen ellos.
Kamikakushi 千と千尋の神隠し es el nombre de la película en japonés. Es un veredicto de la muerte social en este mundo, y al volver a este mundo Kamikakushi significa la resurrección social.
Creo que el gran desafío con esta niña es que volverla al mundo social no implique la muerte de su poesía.

Esta película seguramente metaforiza la ambigüedad en que esta niña está inmersa. El idioma japonés entre otras cosas nos ofrece palabras que según el contexto tienen un valor o el contrario. Ese gesto del padre ¿qué puede querer decir? ¿Es complemento de las palabras de la madre? Parece absolutamente opuesto, sin embargo…Lo que es evidente es que entre ellos hay un pacto, una complementariedad, y en ese mar de ambigüedades unas niñas crecen.
Conocí a su hermana, ella la trajo y en un momento de la charla la abraza y la besa, me mira y dice:- hace años que esperaba este momento
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