30 de junio de
2008, hace un mes que Fernando ya no está.
La relación de
intimidad que establecía en sus relaciones nos atraviesa de diferentes maneras
a cada uno de los que estuvimos allí.
Hoy, 30 de junio; familiares, analizantes, discípulos,
colegas, amigos, y gente como yo que lo conoció sobre todo desde sus textos, nos
reunimos a conversar acerca de él.
Sus compañeros y
amigos decidieron hacerlo tal cual su modalidad, armaron una asamblea clínica, sin coordinación fija ni oradores
preestablecidos. La estructura de demora -uno
de sus hallazgos más importantes- fue la que comandó la reunión. Quien quisiera
decir algo podía hacerlo en el momento que lo deseara, contando claro… con los
momentos de silencio.
El lugar era
obligado, el auditorio de la Secretaría
de Derechos Humanos. Allí Fernando supo pensar y trabajar con la ética del
psicoanálisis esa complejidad que son “los derechos humanos”.
Alguien llamó la
atención sobre la puntualidad, la sala estuvo llena en horario,
parece que la cita era de honor. Cuentan los que lo conocieron de cerca que era un hombre noble, generoso, que generaba intimidad en medio de una multitud.
Chichú, su mujer, supo escuchar valientemente cada relato, parecía querer atesorarlos,
guardarlos y sólo de vez en cuando alguna risa cómplice por algún recuerdo
compartido, asomaba. Ella no habló pero pintó
un cuadro de Fernando que lo refleja con toda su luz, un cuadro atravesado por
la ternura. La ternura fue otro de
sus conceptos trabajados más interesantes.
Sergio Rodríguez
comentó sobre las más de 80 adhesiones que llegaron y eligió una que representa a Fernando, casi tan bien, como el cuadro de Chichú.
La poesía llegó al
otro día de su muerte, salida del alma y es de Fermín Estrella Gutiérrez:
Oración
fúnebre
Querido
Fernando
descansa
en paz
Has
hecho tu labor entre los vivos
entre
los pobres
y
los ricos
entre
los desordenados
y los
ordenados
en esta
realidad desordenada
Te
atreviste
a
esgrimir tu ciencia y tu herejía
porque
solo importaba
salvar
las mentes y los cuerpos
de las
temidas psicosis y neurosis
en el
infierno - paraíso
donde
nos acorrala este sistema
miles de
gentes sencillas
te
agradecen
tu
trabajo fecundo
muchos
pacientes impacientes
quedarán
huérfanos
de tu
palabra justa
oportuna
certera
que
destrabó su corazón cansado
supiste
llegar al corazón de muchos
y desde
siempre
dejaste
en tu partida
una gran
cantidad de corazones
que
seguirán tu lucha
por la
vida
descansa
en paz maestro
plantaste
un árbol, escribiste libros
y
has
dejado humanidad en el camino
Como dice el poeta sus huérfanos pacientes impacientes estaban allí y desde la ternura asomaron varios relatos, relatos
que cuentan de su clínica.
Éste lo leyó Bachi
Taber, un colega lo mandó por mail, lo tituló: Un psicoanalista en la ruta. Va un recorte de ese relato: “Un viaje insólito. Hace 12 años Fernando me
pidió que lo acompañara en una intervención institucional en un hospital de
Trenque Lauquen. Su pedido se fundaba en su cansancio para manejar después de
un día de trabajo. Luego de una hora de viaje llegamos a una estación de
servicio en Mercedes y Fernando me dice: “Ruso esperame un rato que tengo que
ver a un paciente”. Desde hace un tiempo cuando iba a sus campos del sur-como él los llamaba-, paraba
en esta estación. El empleado le contó que tenía problemas con sus hijos, por
eso cada vez que iba para el sur les daba una sesión. También una maestra que
hacía dedo pudo tomar una sesión en el
asiento de adelante.”
“…hace poco más de 9 años conocí a Fernando”, dijo una conmovida muchacha que relató su pasaje por aquel cálido
consultorio. Habló “de su voz suave casi como
un susurro, pero firme”. Alguien
agregó: “Él podía nombrar el matiz.”
Otra poesía se hizo
presente en medio de los matices. Llegó
a modo de carta a través de Luciano Carbone. Es del poeta Martín
"Poni" Micharvegas radicado en España y dice:
esto de las distansias forsadas
( espesie de libertades condisionales...).
te hase resibir
golpes que,
aún así,
ni eya amortigua:
me habrán oído muchas veses,
sitar a Fernando Ulloa,
como un maestro cercano
y un amigo muy próximo:
el viernes 30 de mayo,
acaba de fayecer en buenos aires
( ya que hombres como él,
y mientras duren las palabras
como recurso válido entre los humanos,
no mueren! )...........................................
Agrega el autor: no son 'orrores' tipográficos sino el
intento de una escritura deliberada de ser y afirmarse...
Los relatos sobre
sus intervenciones son innumerables. Me impactó el relato de una colega de
Tucumán: “hace muchos años en épocas de
Pichón se desató un conflicto en el hospital y Pichón dijo: - esto o lo arregla Fernando Ulloa o no lo
arregla nadie”. Y así fue, le pagaron solamente el pasaje y allí estuvo él
con esa modalidad… que una de sus compañeras de trabajo supo nombrar así: “según Fernando para trabajar hay que hacerlo con
un saber abierto, con un saber en borrador, que nuestro saber sea curioso, que
se construya en el lazo con los otros,
que nos toque. Por eso él invitaba a que dejáramos el lugar de expertos, a que
nos despojáramos de los baluartes narcisistas…”
Su hijo Pedro dijo darse
cuenta mientras nos escuchaba, que a pesar de haber tanta gente había intimidad: -“es que papá se relacionaba siempre desde
la intimidad, no eras uno más que estaba hablando… Otra cosa que pensé mientras
los escuchaba es sobre la forma que él tenía de relacionarse con la gente y las
situaciones, sea Beriso, Neuquén o Tucumán,
la forma es la pertinencia. Él encontraba la forma pertinente de encarar una
situación. Otra particularidad fue la curiosidad, había dos juegos importantes
de su infancia, uno con los caballos y el otro en una casa de adobe-que quedaba
en un lugar que supieron llamar los bajos de Ulloa, en el sur- allí había una enciclopedia, donde, con mi
abuelo –hablo de la década del ’30- frente a cada duda iban a ver la enciclopedia... Mi viejo decía que mi abuelo fue fundante para
su curiosidad de saber.”
Es doloroso escuchar a Pedro, a más de uno se
nos piantó un lagrimón…
Luego fue
el turno de Gilou Royer de García Reinoso,
voy a ser muy breve –dijo- cuando estoy emocionada trato de
apurarme....yo hablo de otro lugar que
la mayoría de ustedes. Como decía él con cierta cortesía, “nosotros
somos contemporáneos. Por supuesto, vos mucho más joven”, pero hemos sido
contemporáneos desde mucho tiempo atrás, hemos participado de una especie de
aventura de lucha contra la arbitrariedad, contra la verticalidad, contra la
injusticia, contra el dolor y hemos sido compañeros muy buenos compañeros, de
mucha confianza mutua, lo cual me parece que es muy importante.
Y habitados por ese
clima íntimo fueron llegando otros relatos…la
experiencia de Beriso, el grupo de abogados que trabajó nueve años con él hasta hace unas semanas…el grupo Barriletes en bandada…su interés y trabajo
incansable por la salud mental en el ámbito del trabajo público y así…otro
paciente impaciente una vez más se plantó en el medio de la escena -como le gustaba hacer a Fernando- y contó y cantó...contó
de su vocación ahogada en la garganta y a Fernando invitándolo a cantar en el
consultorio… y hoy él aquí cantando para agradecer en el final y en la
partida…gracias Fernando!!!
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