miércoles, 12 de junio de 2013

Ernesto Laclau: Populismo y demandas sociales. Otra lectura.

Fui invitada a la conferencia que diera el Dr. Ernesto Laclau, filósofo y teórico político  sobre “Demandas Sociales e Identidades políticas”, en el Ministerio de Trabajo, Empleo  y Seguridad Social. Se realizó el 11 de abril de 2008.
Aquí van algunas de las ideas más interesantes que traté de tomar para armar esta crónica. La exposición fue amena e interesante. Laclau además de ser un teórico es un excelente docente, empezó con un ejemplo práctico que guió toda la charla:
“…supongamos que tenemos un grupo de vecinos que viven en una cierta localidad y que piden a la municipalidad que se cree una  línea de ómnibus para llevarlos del lugar donde ellos viven al lugar donde la mayor parte de ellos trabajan. Esto es lo que yo llamo una demanda elemental presentada al sistema político. Supongamos que la demanda es aceptada. En ese caso es el fin del problema, la demanda  parece absorbida por el aparato institucional. Pero supongamos que la demande no es aceptada. En ese caso lo que empezamos a tener es la frustración de una demanda, y si la gente ve que junto con la demanda concerniente al transporte, hay otras demandas concernientes  a la vivienda, a la salud, a la escolaridad  y a otros aspectos en el área en que están viviendo que tampoco son satisfechas, en ese caso entre todas estas demandas comienza a constituirse una solidaridad, es decir  la gente empieza a verse frustrada respecto a un poder que no responde a un requerimiento.”
 A esta solidaridad entre distintas demandas Laclau la  llama: “una relación equivalencial  y es  la primera precondición para la constitución del pueblo como agente colectivo”.
Plantea entonces aquí dos tipos de construcción de las demandas sociales, “por un lado demandas que son absorbidas individualmente dentro del sistema y en ese caso el sistema político tiene una característica mucho más institucionalista, o por el contrario demandas que constituyan a los de abajo como opuestos al poder, y en ese caso hay una  dicotomizacion del espacio social  y cuando eso empieza a ocurrir es cuando tenemos las pre condiciones para el populismo.”
…una vez que todas esas demandas son adicionadas en una cadena equivalencial en cierto momento se necesitan símbolos globales que expresen a la cadena como un todo, o por el contrario habría una difusión muy vaga de temas populares.”
 Y nuevamente con un  ejemplo articula la demanda y como ésta es significada:  “supongamos que tenemos un régimen altamente represivo y que en cierto momento los obreros metalúrgicos comienzan un huelga por un aumento de salarios, pero por el hecho de que tiene lugar en el contexto de un régimen altamente represivo inmediatamente es percibido como un acto anti-sistema. En otra localidad cercana los estudiantes comienzan a hacer una serie de manifestaciones respecto a la disciplina en los establecimientos educativos, esta segunda  demanda desde el punto de vista de la particularidad, es completamente distinta de la primera, pero porque las dos son vistas como una acción anti-sistema empieza a formarse una equivalencia. En una tercera localidad unos políticos pueden iniciar una campaña por la libertad de prensa y así se van añadiendo una serie de eslabones  que van constituyendo al pueblo como actor colectivo, y aquí es donde entonces empieza el problema.
¿Cómo se va a constituir ese actor  colectivo alrededor de un símbolo central? ¿Cuáles son los medios de representación de estos símbolos más universales?
Los únicos medios de representación son las demandas particulares, entonces una demanda particular en cierto momento, sin dejar de serlo totalmente, asume la representación de la totalidad de la cadena, es decir, asume una representación mas amplia. Ahora este tipo de relación por la cual lo particular asume la representación de lo universal es lo que yo llamo una relación hegemónica.” Y a modo de chiste agrega: “Ahí tienen otra palabra de la cual los políticos se defienden constantemente, palabra que hay que asumir como parte del vocabulario político. Ustedes pueden ver esto en la significación de la palabra pueblo, en latín pueblo en un sentido es popular, es la totalidad de la comunidad, pero en otro sentido pueblo es plebe, es decir los de abajo, ahora los de abajo presentan sus reclamos como reencarnando la totalidad de una nación que es frustrada, por eso entre los dos significado de pueblo hay constantemente un juego dialéctico complejo, la segunda condición es que los significantes en los cuales se va a encarnar esta imagen del pueblo, van a ser significantes hegemónicos, y hay una tercera condición del populismo es que éste significante va a tender a ser, al menos tendencialmente significado”. “Qué significa esto, si yo tengo que un cierto término empieza a romper su ligazón con la demanda original y empieza a representar la totalidad de una serie, obviamente tiene que irse desprendiendo de significados particulares para representar esa totalidad, así  tenemos todos los elementos estructurales, para entender lo que es el populismo. Y  creo que el populismo en un sentido es la esencia de lo político, no hay política en una sociedad sin que haya actores colectivos que entren en relaciones de confrontación los unos con los otros. Lo que se opone al pueblo, a los populismos, a la política, es la pura administración.”
Va a plantear a partir de ahora las conveniencias e inconveniencias del populismo y el régimen administrativo: “Un régimen, no puede ser, exclusivamente administrativo. Pero un régimen totalmente populista basado en la movilización sin ningún tipo de  vigencia institucional tampoco puede crear el marco estable en una sociedad. De alguna manera todo régimen político viable tiene que introducir la variable populista y también la variable institucionalista, y dependiendo de cómo estos regímenes combinan estos dos factores vamos a tener contextos políticos de carácter distintos”.
Bajo estas perspectivas analiza los regímenes en América Latina:
“…tenemos regímenes que se han ido demasiado del lado institucionalista y que las demandas democráticas de las masas no las pueden representar bien, sería el caso de los regímenes uruguayos, chilenos, por otro lado hay regímenes que van  más a fondo en una política de movilización, esto es los que ocurre con Evo Morales y lo que ocurre en mayor medida con Chávez.”
Es muy interesante en el desarrollo que sigue el análisis que hace respecto al populismo tomando como ejemplo al peronismo argentino de los años ’60: - “Como ustedes saben en 1955 hay un golpe oligárquico por el cual el régimen popular peronista es abatido. La oligarquía restaurada y la nueva recomposición de la fuerza tenía el siguiente proyecto: que la economía del país se iba a re estructurar sobre la base de las inversiones extranjeras, y eso iba a  permitir absorber las demandas individuales, que las equivalencias peronistas se iban a romper y que como consecuencia los símbolos del peronismo iban a pasar al horizonte de lo social  y a desaparecer en última instancia. Entonces, o bien este proyecto del país tenía éxito y  en ese caso hubiéramos pasado  a un régimen puramente institucionalista o bien, iban a fracasar y en ese caso lo contrario se iba a producir, iba a ver una acumulación, como dijimos antes de demandas sociales frustradas, una incapacidad creciente del sistema institucional para absorberlas. La formación de las cadenas equivalenciales y los símbolos centrales del peronismo iban a tener prioridad. Bueno, como ustedes saben en los años ‘60 es exactamente lo que ocurre, el proceso de lo que se llamó la nacionalización de las clases medias. Lo central que fue la demanda del retorno de Perón a la Argentina empieza ocupar un lugar creciente en el imaginario político de las masas durante los años ’60. Perón estaba en una condición ideal para ser un significante vacío, en primer lugar porque él estaba exiliado en el exterior, los gobiernos que lo acogían le ponían como condición que no hiciera declaraciones políticas, y como ustedes saben en la Argentina las declaraciones de Perón no podían circular públicamente. El gobierno del ‘55 había transformado en un crimen pronunciar la palabra Perón entonces tenían que usar toda clase de subterfugios,  cuando tenían que hablar de él decían: el cobarde, tirano o fugitivo, cosas así. Entonces los mensajes de Perón empiezan a circular en cassettes, en cartas que él escribe, en mensajes que decía algún amigo, y de alguna manera empieza a alimentar el mundo de la resistencia peronista que se organizaba en esos años. Y precisamente lo que al principio era una desventaja, el carácter ambiguo de estos mensajes se empieza a transformar en una ventaja  porque su misma ambigüedad los transforma en significantes vacíos que empiezan a reagregar significados de grupos completamente distintos, recuerdo en el epistolario  de John William Cooke hay un pasaje en el cual Cooke le escribe a Peron diciéndole, “pero General hay demasiadas directivas, y todas las directivas van en sentido contrario o sea que no sabemos exactamente cómo operar”. Perón le escribió, “pero mire,  usted tiene que tener en cuenta que yo ahora soy como el Papa, y el Papa tiene que ser infalible, de modo que si yo me comprometo totalmente con una sola política y esa política fracasa mi infalibilidad va a ser puesta en cuestión”. Entonces ahí empezó la teoría de las dos manos, que él tenia una mano izquierda y una mano derecha y enviaba  mensajes que eran profundamente ambiguos, pero esa ambigüedad iba creando la centralidad de Perón como figura política y cuando llegamos al comienzo de los ‘70 llegamos a una situación en la cual el significante Perón y el significante justicia han pasado a ser prácticamente sinónimos.”
 “El drama por supuesto fue después cuando volvió a la Argentina,  ya no era un significante vacío, era en presidente de la república y tenía que tomar medidas concretas, pero la lógica salvaje de los significantes vacíos había avanzado en formas tan heteróclitas las unas de las otras que era incluso para Perón mismo imposible unificar su movimiento de una manera coherente y las cosas terminaron como ustedes saben.”
 Ahora va a dar  otro ejemplo, que es un caso extremo opuesto, es el caso de una lógica de la pura diferencia. “A mediados del siglo XIX en Inglaterra ustedes tienen un sistema político profundamente dividido. Por un lado está lo que era el poder, lo que se llamaba vieja corrupción, por el otro lado estaba el pueblo que en la época cartista logró cierta cristalización subjetiva importante que era una pluralidad de demandas equivalencialmente ligadas, demandas sociales por alojamiento, salarios…”
“…el ideal era un puro sistema de diferencias en las cuales la equivalencias populares se rompieran, una sociedad prácticamente sin fisuras internas y ésta fue la ideología que después pasó no solamente del partido conservador sino también al partido laborista y acá está la base de toda la experiencia del estado de bienestar en la forma en que fue concebido en los años ’30 y ‘40. Aquí ustedes tienen el otro modelo de la política, una política que es exclusivamente institucionalista  y evita el momento  radical de la confrontación. En el caso de la Argentina como en la mayor parte de los sistemas políticos latinoamericanos anteriores a la de la crisis del ‘30, este modelo clientelístico operaba, en tres niveles. El nivel mas bajo era el nivel de los punteros. Entonces si ustedes le habían dado una puñalada a alguien en un baile, el puntero era amigo del comisario que te sacaba, el puntero conseguía la cama de hospital y a cambio de eso la gente daba el voto. Entonces los punteros controlaban tres o cuatro manzanas en una localidad. Por encima de los punteros estaban los caudillos que controlaban cierta área y después estaban los que se los llamaba los doctores que eran los que eran diputados o senadores que tenían que negociar con los  caudillos para ser elegidos. Los caudillos jamás se presentaban a elecciones. Bueno este sistema funcionó relativamente bien hasta 1930”.
“…después de la crisis del ‘30, el sistema empieza a restringirse, es decir empieza a haber menos torta para repartir y el resultado es que hay muchas demandas que eran puestas en la base y no pueden ser absorbidas. Entonces ahí ustedes tienen  ya una situación pre- populista, es decir lo que hemos llamado la acumulación de demandas insatisfechas y la incapacidad institucional de absorberlas, hasta que en cierto momento alguien totalmente por afuera del sistema político tradicional empieza a interpelar a estas masas y las lanza a un proyecto político de tipo nuevo y es interesante ver en todo este proceso la circulación simbólica.”
“Como ustedes saben en los años ‘30 hay una crisis general de la economía agraria y muchos sectores  del interior del país comienzan a trasladarse a las grandes ciudades industriales emergentes: Rosario, Córdoba, Buenos Aires y se transforman en obreros industriales. Esta gente empieza a vivir en las villas miserias alrededor de los centros urbanos, tienen todo tipo de problemas, tienen problemas de vivienda, de violencia policial, salud, etc. Entonces una reacción de estos sectores fue reforzar los símbolos culturales que provenían de sus zonas originales agrarias y transformarlos en todo un nuevo universo simbólico, ahora hay generaciones de investigadores, funcionalistas tontos que  han dicho, “estos son rezagos culturales”, en realidad a través del desarrollo y la re afirmación de estos símbolos han creando una nueva cultura de la resistencia, y esa nueva cultura de la resistencia iba a tener efectos de una  enorme importancia mas tarde.”
 Respecto del líder dijo: “…en todo populismo hay también la tendencia a constituir la centralidad del nombre de un líder, en una política institucionalista se impide esta unión trascendente alrededor del nombre individualizado”.
Como ejemplos sitúa: “… la diferencia entre el populismo boliviano actual y el populismo venezolano, en el caso de Bolivia ustedes tienen comunidades muy pre-constituidas, comunidades campesinas, comunidades indias, comunidades de varios tipos a lo cual se añade el regionalismo, es decir que el papel del líder en la constitución de una totalidad política significativa tiene que pasar por una negociación con identidades comunitarias que son sumamente fuertes, el papel de Evo es un papel de articulación de  una vida comunitaria que lo precede, no puede ser simplemente un líder carismático constitutivo. En el caso de Venezuela ustedes tienen muchas menos comunidades constituidas y a consecuencia de esto se necesita que el rol del líder en las constitución de las identidades colectivas desde el comienzo tenga una fuerza mucho mayor. Perón finalmente era un líder con un enorme poder porque era el líder de una masa popular homogénea…”
Finalmente hace dos especificaciones: “Hasta ahora en todo lo que he descripto he supuesto que la frontera que separa al poder y a los de abajo y que es la base de la constitución de las equivalencias y de los significantes vacíos, es estable. Pero esto  es un supuesto claramente irrealista porque presupondría que los que están del lado del poder, son completamente estúpidos o sea que la frontera también puede desplazarse y eso obliga a modificar el esquema al que nos estamos refiriendo, por ejemplo puede haber del lado del poder el intento de crear cadenas equivalenciales distintas que absorban algunas de las demandas individuales que estaban originariamente en la cadena popular. Entonces este tipo de situación nos obliga a introducir en el análisis una segunda dimensión: ciertas demandas van a estar sometidas a la presión estructural de lógicas  articulatorias equivalenciales hegemónicas de tipos distintos, entonces ya tenemos que hablar no solo de significantes vacíos sino de significantes flotantes. Flotantes porque su significación es todo el tiempo el campo de una competencia, de todos modos en la práctica no es tan importante la distinción, pero en un análisis político es importante tener en cuenta estas dos dimensiones. Y el último punto al cual me quiero referir a que es lo que ocurre si ciertas demandas no pueden ser incorporadas a la cadena equivalencial no porque no estén en oposición  al mismo sistema del poder sino porque chocan con los intereses que ya son parte de la cadena, es decir que puede haber otro tipo de exclusión  por el cual la cadena equivalencial no logre consolidarse y deje un resabio…vean en la situación boliviana por ejemplo hoy, lo difícil que es a veces recomponer fuerzas de distinto tipo y este problema, que no es simplemente un problema de alianzas, sino que muchas veces hay sectores marginales que no tienen  objetivos perfectamente delimitados pero que pueden ser interpelados entonces por discursos completamente diferentes.

Bueno con esto les he querido describir ciertas dimensiones alrededor de estos fenómenos de lo que llamamos populismo y espero haberles transmitido el mensaje de que la política es algo realmente complicado.”

No hay comentarios:

Publicar un comentario