Fui invitada a la
conferencia que diera el Dr. Ernesto Laclau, filósofo y teórico político sobre “Demandas
Sociales e Identidades políticas”, en el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social. Se realizó el 11 de abril
de 2008.
Aquí van algunas de
las ideas más interesantes que traté de tomar para armar esta crónica. La exposición
fue amena e interesante. Laclau además de ser un teórico es un excelente
docente, empezó con un ejemplo práctico que guió toda la charla:
“…supongamos que tenemos un grupo de vecinos que viven en
una cierta localidad y que piden a la municipalidad que se cree una línea de ómnibus para llevarlos del lugar
donde ellos viven al lugar donde la mayor parte de ellos trabajan. Esto es lo
que yo llamo una demanda elemental presentada al sistema político. Supongamos
que la demanda es aceptada. En ese caso es el fin del problema, la demanda parece absorbida por el aparato institucional.
Pero supongamos que la demande no es aceptada. En ese caso lo que empezamos a
tener es la frustración de una demanda, y si la gente ve que junto con la
demanda concerniente al transporte, hay otras demandas concernientes a la vivienda, a la salud, a la
escolaridad y a otros aspectos en el
área en que están viviendo que tampoco son satisfechas, en ese caso entre todas
estas demandas comienza a constituirse una solidaridad, es decir la gente empieza a verse frustrada respecto a
un poder que no responde a un requerimiento.”
A esta solidaridad entre distintas demandas Laclau la llama: “una
relación equivalencial y es la primera precondición para la constitución
del pueblo como agente colectivo”.
Plantea entonces aquí
dos tipos de construcción de las demandas sociales, “por un lado demandas que son absorbidas individualmente dentro del
sistema y en ese caso el sistema político tiene una característica mucho más
institucionalista, o por el contrario demandas que constituyan a los de abajo
como opuestos al poder, y en ese caso hay una
dicotomizacion del espacio social
y cuando eso empieza a ocurrir es cuando tenemos las pre condiciones
para el populismo.”
“…una vez que todas esas demandas son adicionadas
en una cadena equivalencial en cierto momento se necesitan símbolos globales
que expresen a la cadena como un todo, o por el contrario habría una difusión
muy vaga de temas populares.”
Y nuevamente con un ejemplo articula la demanda y como ésta es
significada: “supongamos que tenemos un régimen altamente represivo y que en cierto
momento los obreros metalúrgicos comienzan un huelga por un aumento de
salarios, pero por el hecho de que tiene lugar en el contexto de un régimen altamente
represivo inmediatamente es percibido como un acto anti-sistema. En otra
localidad cercana los estudiantes comienzan a hacer una serie de
manifestaciones respecto a la disciplina en los establecimientos educativos,
esta segunda demanda desde el punto de
vista de la particularidad, es completamente distinta de la primera, pero
porque las dos son vistas como una acción anti-sistema empieza a formarse una
equivalencia. En una tercera localidad unos políticos pueden iniciar una
campaña por la libertad de prensa y así se van añadiendo una serie de
eslabones que van constituyendo al
pueblo como actor colectivo, y aquí es donde entonces empieza el problema.
¿Cómo se va a constituir ese actor colectivo alrededor de un símbolo central? ¿Cuáles
son los medios de representación de estos símbolos más universales?
Los únicos medios
de representación son las demandas particulares, entonces una demanda
particular en cierto momento, sin dejar de serlo totalmente, asume la
representación de la totalidad de la cadena, es decir, asume una representación
mas amplia. Ahora este tipo de relación por la cual lo particular asume la
representación de lo universal es lo que yo llamo una relación hegemónica.” Y a modo de chiste agrega: “Ahí
tienen otra palabra de la cual los políticos se defienden constantemente,
palabra que hay que asumir como parte del vocabulario político. Ustedes pueden
ver esto en la significación de la palabra pueblo, en latín pueblo en un
sentido es popular, es la totalidad de la comunidad, pero en otro sentido
pueblo es plebe, es decir los de abajo, ahora los de abajo presentan sus
reclamos como reencarnando la totalidad de una nación que es frustrada, por eso
entre los dos significado de pueblo hay constantemente un juego dialéctico
complejo, la segunda condición es que los significantes en los cuales se va a
encarnar esta imagen del pueblo, van a ser significantes hegemónicos, y hay una
tercera condición del populismo es que éste significante va a tender a ser, al
menos tendencialmente significado”. “Qué
significa esto, si yo tengo que un cierto término empieza a romper su ligazón
con la demanda original y empieza a representar la totalidad de una serie,
obviamente tiene que irse desprendiendo de significados particulares para
representar esa totalidad, así tenemos
todos los elementos estructurales, para entender lo que es el populismo. Y creo que el populismo en un sentido es la
esencia de lo político, no hay política en una sociedad sin que haya actores
colectivos que entren en relaciones de confrontación los unos con los otros. Lo
que se opone al pueblo, a los populismos, a la política, es la pura
administración.”
Va a plantear a
partir de ahora las conveniencias e inconveniencias del populismo y el régimen
administrativo: “Un régimen, no puede
ser, exclusivamente administrativo. Pero un régimen totalmente populista basado
en la movilización sin ningún tipo de
vigencia institucional tampoco puede crear el marco estable en una
sociedad. De alguna manera todo régimen político viable tiene que introducir la
variable populista y también la variable institucionalista, y dependiendo de cómo
estos regímenes combinan estos dos factores vamos a tener contextos políticos
de carácter distintos”.
Bajo estas
perspectivas analiza los regímenes en América Latina:
“…tenemos regímenes que se han ido demasiado del lado
institucionalista y que las demandas democráticas de las masas no las pueden
representar bien, sería el caso de los regímenes uruguayos, chilenos, por otro
lado hay regímenes que van más a fondo
en una política de movilización, esto es los que ocurre con Evo Morales y lo que
ocurre en mayor medida con Chávez.”
Es muy interesante
en el desarrollo que sigue el análisis que hace respecto al populismo tomando
como ejemplo al peronismo argentino de los años ’60: - “Como ustedes saben en 1955 hay un golpe oligárquico por el cual el
régimen popular peronista es abatido. La oligarquía restaurada y la nueva
recomposición de la fuerza tenía el siguiente proyecto: que la economía del
país se iba a re estructurar sobre la base de las inversiones extranjeras, y
eso iba a permitir absorber las demandas
individuales, que las equivalencias peronistas se iban a romper y que como
consecuencia los símbolos del peronismo iban a pasar al horizonte de lo social y a desaparecer en última instancia. Entonces,
o bien este proyecto del país tenía éxito y
en ese caso hubiéramos pasado a
un régimen puramente institucionalista o bien, iban a fracasar y en ese caso lo
contrario se iba a producir, iba a ver una acumulación, como dijimos antes de
demandas sociales frustradas, una incapacidad creciente del sistema
institucional para absorberlas. La formación de las cadenas equivalenciales y
los símbolos centrales del peronismo iban a tener prioridad. Bueno, como
ustedes saben en los años ‘60 es exactamente lo que ocurre, el proceso de lo
que se llamó la nacionalización de las clases medias. Lo central que fue la
demanda del retorno de Perón a la Argentina empieza ocupar un lugar creciente
en el imaginario político de las masas durante los años ’60. Perón estaba en
una condición ideal para ser un significante vacío, en primer lugar porque él
estaba exiliado en el exterior, los gobiernos que lo acogían le ponían como
condición que no hiciera declaraciones políticas, y como ustedes saben en la Argentina
las declaraciones de Perón no podían circular públicamente. El gobierno del ‘55 había transformado en un
crimen pronunciar la palabra Perón entonces tenían que usar toda clase de
subterfugios, cuando tenían que hablar
de él decían: el cobarde, tirano o fugitivo, cosas así. Entonces los mensajes
de Perón empiezan a circular en cassettes, en cartas que él escribe, en
mensajes que decía algún amigo, y de alguna manera empieza a alimentar el mundo
de la resistencia peronista que se organizaba en esos años. Y precisamente lo que
al principio era una desventaja, el carácter ambiguo de estos mensajes se
empieza a transformar en una ventaja
porque su misma ambigüedad los transforma en significantes vacíos que
empiezan a reagregar significados de grupos completamente distintos, recuerdo
en el epistolario de John William Cooke
hay un pasaje en el cual Cooke le escribe a Peron diciéndole, “pero General hay
demasiadas directivas, y todas las directivas van en sentido contrario o sea
que no sabemos exactamente cómo operar”. Perón le escribió, “pero mire, usted tiene que tener en cuenta que yo ahora
soy como el Papa, y el Papa tiene que ser infalible, de modo que si yo me comprometo
totalmente con una sola política y esa política fracasa mi infalibilidad va a
ser puesta en cuestión”. Entonces ahí empezó la teoría de las dos manos, que él
tenia una mano izquierda y una mano derecha y enviaba mensajes que eran profundamente ambiguos,
pero esa ambigüedad iba creando la centralidad de Perón como figura política y
cuando llegamos al comienzo de los ‘70 llegamos a una situación en la cual el
significante Perón y el significante
justicia han pasado a ser prácticamente sinónimos.”
“El drama por
supuesto fue después cuando volvió a la Argentina, ya no era un significante vacío, era en presidente
de la república y tenía que tomar medidas concretas, pero la lógica salvaje de
los significantes vacíos había avanzado en formas tan heteróclitas las unas de
las otras que era incluso para Perón mismo imposible unificar su movimiento de
una manera coherente y las cosas terminaron como ustedes saben.”
Ahora va a dar otro ejemplo, que es un caso extremo opuesto, es
el caso de una lógica de la pura diferencia. “A mediados del siglo XIX en Inglaterra ustedes tienen un sistema político
profundamente dividido. Por un lado está lo que era el poder, lo que se llamaba
vieja corrupción, por el otro lado estaba el pueblo que en la época cartista
logró cierta cristalización subjetiva importante que era una pluralidad de demandas
equivalencialmente ligadas, demandas sociales por alojamiento, salarios…”
“…el ideal era un puro sistema de diferencias en las
cuales la equivalencias populares se rompieran, una sociedad prácticamente sin
fisuras internas y ésta fue la ideología que después pasó no solamente del partido
conservador sino también al partido laborista y acá está la base de toda la
experiencia del estado de bienestar en la forma en que fue concebido en los
años ’30 y ‘40. Aquí ustedes tienen el otro modelo de la política, una política
que es exclusivamente institucionalista y
evita el momento radical de la
confrontación. En el caso de la Argentina como en la mayor parte de los
sistemas políticos latinoamericanos anteriores a la de la crisis del ‘30, este
modelo clientelístico operaba, en tres niveles. El nivel mas bajo era el nivel
de los punteros. Entonces si ustedes le habían dado una puñalada a
alguien en un baile, el puntero era amigo del comisario que te sacaba, el
puntero conseguía la cama de hospital y a cambio de eso la gente daba el voto. Entonces
los punteros controlaban tres o cuatro manzanas en una localidad. Por encima de
los punteros estaban los caudillos que controlaban cierta área y después
estaban los que se los llamaba los doctores que eran los que eran
diputados o senadores que tenían que negociar con los caudillos para ser elegidos. Los caudillos jamás
se presentaban a elecciones. Bueno este sistema funcionó relativamente bien hasta
1930”.
“…después de la crisis del ‘30, el sistema empieza a
restringirse, es decir empieza a haber menos torta para repartir y el resultado
es que hay muchas demandas que eran puestas en la base y no pueden ser absorbidas.
Entonces ahí ustedes tienen ya una
situación pre- populista, es decir lo que hemos llamado la acumulación de demandas
insatisfechas y la incapacidad institucional de absorberlas, hasta que en
cierto momento alguien totalmente por afuera del sistema político tradicional
empieza a interpelar a estas masas y las lanza a un proyecto político de tipo
nuevo y es interesante ver en todo este proceso la circulación simbólica.”
“Como ustedes saben en los años ‘30 hay una crisis
general de la economía agraria y muchos sectores del interior del país comienzan a trasladarse
a las grandes ciudades industriales emergentes: Rosario, Córdoba, Buenos Aires
y se transforman en obreros industriales. Esta gente empieza a vivir en las
villas miserias alrededor de los centros urbanos, tienen todo tipo de problemas,
tienen problemas de vivienda, de violencia policial, salud, etc. Entonces una
reacción de estos sectores fue reforzar los símbolos culturales que provenían
de sus zonas originales agrarias y transformarlos en todo un nuevo universo
simbólico, ahora hay generaciones de investigadores, funcionalistas tontos que han dicho, “estos son rezagos culturales”, en
realidad a través del desarrollo y la re afirmación de estos símbolos han creando
una nueva cultura de la resistencia, y esa nueva cultura de la resistencia iba
a tener efectos de una enorme
importancia mas tarde.”
Respecto del líder dijo: “…en todo populismo hay también la tendencia a constituir la
centralidad del nombre de un líder, en una política institucionalista se impide
esta unión trascendente alrededor del nombre individualizado”.
Como ejemplos sitúa:
“… la diferencia entre el populismo
boliviano actual y el populismo venezolano, en el caso de Bolivia ustedes tienen
comunidades muy pre-constituidas, comunidades campesinas, comunidades indias,
comunidades de varios tipos a lo cual se añade el regionalismo, es decir que el
papel del líder en la constitución de una totalidad política significativa
tiene que pasar por una negociación con identidades comunitarias que son
sumamente fuertes, el papel de Evo es un papel de articulación de una vida comunitaria que lo precede, no puede
ser simplemente un líder carismático constitutivo. En el caso de Venezuela
ustedes tienen muchas menos comunidades constituidas y a consecuencia de esto
se necesita que el rol del líder en las constitución de las identidades
colectivas desde el comienzo tenga una fuerza mucho mayor. Perón finalmente era
un líder con un enorme poder porque era el líder de una masa popular homogénea…”
Finalmente hace dos
especificaciones: “Hasta ahora en todo lo
que he descripto he supuesto que la frontera que separa al poder y a los de
abajo y que es la base de la constitución de las equivalencias y de los
significantes vacíos, es estable. Pero esto
es un supuesto claramente irrealista porque presupondría que los que
están del lado del poder, son completamente estúpidos o sea que la frontera
también puede desplazarse y eso obliga a modificar el esquema al que nos
estamos refiriendo, por ejemplo puede haber del lado del poder el intento de
crear cadenas equivalenciales distintas que absorban algunas de las demandas individuales
que estaban originariamente en la cadena popular. Entonces este tipo de
situación nos obliga a introducir en el análisis una segunda dimensión: ciertas
demandas van a estar sometidas a la presión estructural de lógicas
articulatorias equivalenciales hegemónicas de tipos distintos, entonces ya
tenemos que hablar no solo de significantes vacíos sino de significantes
flotantes. Flotantes porque su significación es todo el tiempo el campo de una
competencia, de todos modos en la práctica no es tan importante la distinción,
pero en un análisis político es importante tener en cuenta estas dos
dimensiones. Y el último punto al cual me quiero referir a que es lo que ocurre
si ciertas demandas no pueden ser incorporadas a la cadena equivalencial no
porque no estén en oposición al mismo
sistema del poder sino porque chocan con los intereses que ya son parte de la
cadena, es decir que puede haber otro tipo de exclusión por el cual la cadena equivalencial no logre
consolidarse y deje un resabio…vean en la situación boliviana por ejemplo hoy,
lo difícil que es a veces recomponer fuerzas de distinto tipo y este problema,
que no es simplemente un problema de alianzas, sino que muchas veces hay
sectores marginales que no tienen objetivos perfectamente delimitados pero que
pueden ser interpelados entonces por discursos completamente diferentes.
Bueno con esto les he querido describir ciertas
dimensiones alrededor de estos fenómenos de lo que llamamos populismo y espero
haberles transmitido el mensaje de que la política es algo realmente
complicado.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario